El padre José Miguel Machorro ha mostrado una gran mejoría en su salud, lo que ha permitido que se le haya podido alojar en un cuarto normal del Hospital Ángeles Mocel, donde ha sido atendido desde el día que fue atacado en la Catedral Metropolitana, informó el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, SIAME.
Como resultado de la mejora el sacerdote puede respirar sin necesidad de un apoyo mecánico externo y le han suprimido la traqueotomía practicada con anterioridad.
Después de varias semana en el área de terapia intensiva, el pasado de 20 de junio, dejó esta área y fue trasladado a la de Cuidados Intermedios con un pronóstico poco optimista, ya que esperaba una larga convalecencia respecto a su movilidad y la necesidad de que utilizara un apoyo para la respiración de forma permanente, no obstante ha mejorado mucho en las últimas horas. El pulmón lastimado ya funcionaba satisfactoriamente, el problema lo presentaban los músculos respiratorios que no permitían que se desarrollara la función de manera adecuda.
El sacerdote fue atacado el pasado 15 de mayo, al término de la Misa de las 6:00 de la tarde, por un hombre que intentó degollarlo con un arma punzocortante, adherida a un “boxer”, ocasionandole diversas lesiones, y gracias a la pronta acción de las autoridades que lo trasladaron en helicóptero al nosocomio, se logró atenderlo oportunamente.
Otros sacerdotes atacados
Después del ataque en la Catedral Metropolitana, también se conoció la agresión al Padre Zambrano de la Arquidiócesis de Tijuana, a quien le clavaron un desamador en la cabeza y milagrosamente no tocó su cerebro. El Padre se recupera e incluso fue grabado hablando perfectamente para agradecer las atenciones de su obispo, las oraciones por su salud, ofrecer su sufrimiento y enviar una bendición.
De manera desafortunada también se conoció el caso de Jorge Antonio Díaz, quien había sido apartado del ministerio sacerdotal por cuestiones disciplinares, y que fue asesinado a golpes en su domicilio en el estado de San Luis Potosí.
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