En noticia del 20 de abril del 2017 los medios de información en México comunicaron que el barco de la organización no gubernamental (ONG) denominada “Women on Waves” (“Mujeres sobre las olas”) llegó a las costas del Pacífico mexicano para comenzar una visita y proporcionar el servicio de aborto hasta con nueve semanas de gestación a las mujeres que lo desearan.
La ONG “Mujeres sobre las olas”, con sede en Amsterdam, Holanda, tiene como fundadora y directora a Rebecca Gomperts. Según la página de Internet de dicha ONG, Gomperts estudió medicina y artes visuales en Amsterdam, Países Bajos. Después de graduarse navegó con el barco de Greenpeace, Rainbow Warrior, como médico y como activista del medio ambiente. Mientras navegaba por América del Sur, se encontró con muchas mujeres que habían sufrido debido a la falta de acceso a los servicios de salud reproductiva y los abortos seguros y legales. Estas mujeres y sus historias inspiraron a Rebecca Gomperts para fundar “Women on Waves”.
“Mujeres sobre las olas” fue creada en 1999 con el objetivo de promover la despenalización del aborto a nivel internacional fomentando la práctica abortiva en países en donde todavía está penalizado. Con relación a esto último, la estrategia es la siguiente:
Tomando como base que a determinados kilómetros de la costa de un país se marca la frontera entre aguas nacionales y aguas internacionales (aproximadamente a 20 kilómetros de la costa comienzan las aguas internacionales), el barco con la bandera de Holanda atraca en el puerto de un país cuyas leyes penalizan el aborto. En el puerto se encuentran un determinado número de mujeres que desean un aborto, quienes previamente han contactado vía Internet a “Mujeres sobre las olas” para hacer cita. Suben al barco y éste navega hacia aguas internacionales en donde las leyes prohibitivas del país no aplican.
En Holanda el aborto es legal, luego, el barco, siendo holandés, en él puede aplicar la práctica abortiva sin problema legal, siempre y cuando el barco se acredite ante las leyes holandesas como clínica de servicios de salud reproductiva para la mujer. En tal barco y navegando en aguas internacionales, una mujer, sin importar su nacionalidad, puede tomar píldoras abortivas. El barco regresa a puerto y la mujer puede volver a su casa a esperar que siga el procedimiento abortivo.
Claro, dado que es un aborto por medicación, si la mujer tiene problemas con su cuerpo como alta fiebre o sangrado excesivo que pueda volverse una hemorragia vaginal muy peligrosa para su salud, necesita de acudir a los servicios de salud de su país para ser auxiliada, ocultando que ha tomado píldoras abortivas. Según Gomperts, los médicos que atienden a la mujer en cuestión no podrán advertir que el problema se derivó de un aborto provocado y quedará asentado como un aborto espontáneo.
En la perspectiva legal, se pueden hacer las siguientes preguntas: ¿Efectivamente las leyes holandesas permiten la autorización para habilitar un barco con insignia de ese país a modo de clínica para la salud reproductiva de la mujer? Rebecca Gomperts insiste en que no hay problema legal con Holanda. ¿Según las leyes de cada país en el legítimo ejercicio de su soberanía hasta qué punto puede permitir o no permitir el atraco de un barco a sus puertos? Cuando la guardia costera o barcos militares de un país han buscado obstruir el arribo del barco de “Mujeres sobre las olas”, Rebecca Gomperts alza el grito en el cielo diciendo que eso es una violación al derecho internacional porque su barco no lleva contrabando, armas o intención bélica.
Rebecca Gomperts y sus acompañantes, como buenas activistas, han sido muy hábiles para urdir en las lagunas legales, y así con su barquito han navegado por varios países en su escalada proabortista.
Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla
redaccion@yoinfluyo.com
carlos.ramos@upaep.mx
* Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen necesariamente la posición oficial de yoinfluyo.com