¿Qué les puedo decir? La película no fue muy taquillera que digamos y recibió varias críticas negativas, pero a mí, ¡me encantó!
¿Predecible? Tal vez. Pero tan predecible como la vida misma, que en general sigue las normas de la naturaleza y de leyes como: “todo derecho conlleva una obligación”, “a todo efecto corresponde una reacción”, “todo acto tiene sus consecuencias”.
¿Dramática? Tal vez. Pero tan dramática como a veces es la vida misma, que nos trae eventos, impredecibles e incontrolables (accidentes, muertes, enfermedades, abusos, dificultades económicas, etc.), que hacen derramar lágrimas de dolor, tristeza y frustración y provocan tormentas de angustia, incertidumbre y desesperación.
¿Un poco lenta? Tal vez. Pero no más lenta que lo que se percibe la vida cuando hay dificultades y épocas duras. En cambio, todo pasa más rápido cuando empieza la historia de amor… Esa historia de amor que se anhela, aunque a veces por las heridas de la vida, nos empeñemos en alejar o arruinar. Más o menos como Katie. Mientras su novio la amaba, con el amor verdadero de quiero quererte con tu pasado, en tu presente y con lo que venga y buscando tu bien.
Así pues, a continuación expondré 3 puntos que considero fundamentales de la película para reflexionar:
1. Reconocer y sanar al niño interior
Coincide que estoy leyendo un libro, que les recomiendo y que tiene que ver totalmente con la peli: Recoveryof your inner child de Lucia Capaccione. Trata sobre el encuentro y la sanación de tu niño interior (desafortunadamente no está traducido). Ese niño lastimado por una o miles de razones y que al crecer dejamos abandonado, cargando solo el peso de las heridas del pasado.
Es frecuente encontrarse, como Katie, siendo “adulto”, de nombre, de cuerpo y de profesión, pero reaccionando con la inmadurez propia de un niño, y peor aún, manteniendo conductas infantiles y autodestructivas debido a la falta de atención positiva y reparadora hacia nuestro niño interior.
Esto está plasmado perfectamente a lo largo de la película, la cual va explicando el comportamiento de Katie, quien tenía pavor al abandono. En consecuencia, al no haber resuelto sus heridas, utilizaba mecanismos de defensa negativos y autodestructivos para sentirse segura y, por segundos, viva: vivía sin sentir, mantenía relaciones promiscuas y de riesgo, rehuía al compromiso y “abandonaba” antes de que la fueran a “abandonar” o a rechazar.
Siendo una película, en menos de una hora, ella logra una introspección profunda, cura a su niña interior, y siguiendo el consejo de su papá, “no se rinde”. Busca a Kevin para pedirle perdón, y todos son felices y comieron perdices. Aunque sabemos que la vida real es un poco más complicada y no siempre, nuestras metidas de pata, se solucionan tan idílicamente. De cualquier forma, nos lleva a cuestionarnos:
¿Qué heridas me han marcado? ¿Qué heridas siguen abiertas? ¿Cuáles son mis necesidades y mis miedos? ¿Qué conductas autodestructivas tengo? ¿Qué reacciones actuales son desproporcionadas e inmaduras porque son amplificadas por cuestiones pasadas sin resolver? ¿Qué tipo de relaciones establezco? ¿Sé lo que quiero y a lo que le tiro? ¿Soy capaz de comprometerme y de ser responsable de mi vida y de mis decisiones o sigo siendo un niño en un cuerpo adulto?
2. La fragilidad de la vida
No puedo evitar mencionar otro aspecto de la peli, que da para darle vueltas y vueltas, hasta lograr tomar la determinación de vivir-vivir, viviendo consciente y responsablemente. La película presenta la historia de una familia con una hija. Como cualquier otra pareja, tienen conflictos matrimoniales. Sin embargo, a ellos se les acaba repentina y accidentalmente la posibilidad de solucionar su situación para poder continuar creciendo juntos, porque ella muere mientras discutían en el coche.
Me parece que a veces, o casi siempre, damos por sentada la vida, como si fuéramos capaces de agendar el día de nuestra muerte. Y así, nos damos permiso no sólo de realizar acciones negativas, sino de no hacer acciones buenas (omisión) o de no dar lo mejor de nosotros mismos, confiados en que mañana será otro día y entonces, podremos hacer y deshacer a nuestro antojo.
Mañana sí me daré el tiempo para orar y agradecer el estar viva.
Mañana sí haré ejercicio, no comeré tanto dulce y leeré el libro que tengo pendiente.
Mañana sí haré o revisaré mi plan de vida.
Mañana sí empezaré ar hacer realidad mis sueños y a vivir con pasión.
Mañana sí estaré sin prisas y podré contemplar un paisaje hermoso, la luna y las estrellas.
Mañana sí podré decir te quiero y hacer que mis seres queridos se sientan queridos.
Mañana sí podré tener tiempo para conversar, para jugar con mis hijos y dar buen ejemplo.
Mañana sí aprovecharé bien el tiempo y dominaré mi genio y pasiones.
Mañana sí escucharé con atención, seré empático, regalaré flores, tendré un detalle, pediré perdón, daré un beso, haré una caricia y admiraré el alma de quienes me rodean.
…Mañana… Otro día… La próxima semana… El próximo mes…Total… Hay toda una vida por delante…
¿Y si no? ¿Y si no llega el mañana?
No es que esté deprimida o que me quiera poner fatalista, pero es una realidad que no tenemos la vida comprada. Así que tal vez, no es tan buena idea dejar tantas cosas para mañana, un mañana que no no sabemos si llegará… Por lo mismo, nunca prometas, como hizo Jake, que no morirás. Hay muchas formas de ser sutil y veraz con los niños al mismo tiempo. Por fa, no prometas lo que no puedes cumplir.
Ahora bien, el ser consciente de la fragilidad humana no propone ni justifica el vivir al estilo “carpe diem”, malentendido, de darle vuelo a la hilacha y destramparte. ¡No! El punto está en vivir, vivir con los pies en la realidad, buscando el bien y la verdad dentro de nuestras posibilidades y circunstancias. Vivir cada día lo mejor que se pueda, haciendo el mayor bien posible, evitando la omisión y el mal, reconociendo los errores para enmendarlos y rectificar. Sin embargo, dado que es un hecho, que no se puede “revivir al muerto”, hay que ser prudentes y responsables con nuestras decisiones y nuestros actos, porque hay caídas que tienen consecuencias fatales y/o irreparables.
¿Suena desgastante vivir al máximo? Pues sí. ¡Para qué negarlo! Pero es que para eso está la vida, para gastarnos y desgastarnos por sacar la mejor versión de nosotros mismos. De cualquier forma, no te preocupes, que a final de cuentas tendrás una eternidad para relajarte, despreocuparte y descansar.
3. ¿El amor es una necesidad para las mujeres y una mera opción para los hombres?
Por si se lo preguntaban, no estoy de acuerdo con la afirmación: “Los hombres pueden vivir sin amar y las mujeres no”. En lo personal, creo que de poder-poder, ambos pueden pasar la vida sin amar, sin buscar su bien ni el de los demás y sin comprometerse.
¿Pero qué consecuencias trae esto? ¿Cómo es la vida sin amar y sin ser amado?
Definitivamente, una vida sin amor es una vida infeliz, vacía y sin sentido. Ni hombres, ni mujeres, ni ancianos, ni niños, ni bebés; ¡nadie debe vivir sin amar y sin ser amado! Justo la capacidad de amar nos hace únicos, superiores y distintos a todas las creaturas existentes. Nacimos del amor y estamos hechos para amar.
Y aunque suene trillado, el amor hace milagros, no sólo con Katie y en las películas. El amor verdadero trasforma y saca lo mejor de nosotros y de los demás.
Sólo en el amor podemos encontrar la felicidad, aquí y en la eternidad. De hecho, a final de cuentas, eso es lo único que va importar cuando llegue el momento de partir: ¿Cuánto amé?
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