En la cultura popular existen ideas y juicios que se vuelven opiniones comunes con relación a la comprensión de muchas cosas. Dichas opiniones contienen proposiciones que pueden ser en parte erróneas o en parte verdaderas.
Lo anterior ocurre con la palabra filosofía, o sea, existe una valoración de lo que es la filosofía a nivel cultura popular, y el filósofo Karl Jaspers (1883-1969), en una de sus obras escritas intitulada “La filosofía”, editada por el fondo de cultura económica en su colección breviarios # 77 en su 12ª edición, saca a colación una valoración popular en torno a vocablo filosofía que dice así:
“Qué es la filosofía y cuál es su valor, es cosa discutida. De ella se esperan revelaciones extraordinarias o bien se la deja indiferentemente a un lado como un pensar que no tiene objeto. Se la mira con respeto, como el importante quehacer de unos hombres insólitos o bien se la desprecia como el superfluo cavilar de unos soñadores. Se la tiene por una cosa que interesa a todos y que por tanto en el fondo debe ser simple y comprensible, o bien se la tiene por tan difícil que es una desesperación el ocuparse con ella. Lo que se presenta bajo el nombre de filosofía proporciona en realidad ejemplos justificativos de tan opuestas apreciaciones.” (p. 7)
La grandeza de la filosofía da lugar a una valoración bipolar como la que describe Jaspers en el anterior párrafo. Busquemos entonces lo positivo de la valoración popular de lo que es la filosofía para que a la luz de esa positividad lo negativo sea purificado.
Es preciso puntualizar que, como dice Jaspers, en los juicios populares la filosofía tiene una cierta equivocidad. Pero a fin de cuentas todos esperan de ella respuestas capaces de encontrar un sentido al mundo. Es preciso que se tome a consideración que el amor a la sabiduría no es el resultado de unos soñadores sin sentido porque si algo caracteriza al saber que se dice filosófico es precisamente la búsqueda del sentido verdadero de lo que es la existencia.
El rasgo característico de la filosofía es su apertura a toda realidad y su universalidad. No es una disciplina de estudio que se encierre en una metodología cerrada y exacta al estilo matemático.
La filosofía se vive en una continua búsqueda de argumentos racionales que tienden a la verdad de la existencia. Si bien es cierto que hay muchas opiniones alrededor de la filosofía, como dice Jaspers, ésta no debe perder su elemento esencial, que es pensar con un espíritu veraz las cosas del mundo.
La filosofía reclama un pensador y una razón despierta. Un filósofo es aquel que con su juicio se aleja de los prototipos mundanos y que con su mirada intelectual desea abarcar los objetos de la realidad.
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