Muchos ven como avance democrático el que haya más suspirantes por la Presidencia de la República, pero puede ser todo lo contrario, si su motivo principal es la ambición de poder, como parece ser, pues la mayoría sabe que carece de mínimas posibilidades de éxito.
Ahí está Miguel Ángel Mancera, a quien parecía que le saldría bien el numerito: primero mandó a su empleada Alejandra Barrales a formar el Frente Ciudadano con los líderes del PAN, Ricardo Anaya y del Movimiento Ciudadano, Dante Delgado con el señuelo de que el partido que aporte más votos será el candidato presidencial, y ella se reservó la candidatura a jefe de gobierno de la CDMX. (Éste fue su punto de quiebre con MAM).
Cuando todo iba bien embalado, Mancera se reunió con Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle para invitarlos a buscar la candidatura presidencial por el Frente y que exigieran una elección abierta para decidirla.
Aceptaron, aunque fácilmente cayeron en cuenta que MAM (como gusta a Mancera le llamen) sólo los quiere de comparsas para él alzarse con la ansiada candidatura, que concertó con Peña Nieto, quien le enviaría priistas a votar por él en una elección amañada (patraña muy ensayada por el tricolor), pues el Preciso no quiere nadita con Anaya, sino todo lo contrario.
La misma exigencia puso el gobernador inútil de Michoacán, Silvano Aureoles Cornejo, cuyo sueño guajiro es que, si Peña le regaló el suelo purépecha como “ínsula barataria”, haría lo mismo con Los Pinos. Por eso quiso pelear dentro del Frente, pero ni caso le hicieron por tener al estado convertido en una cloaca de corrupción, inseguridad e impunidad.
Se antoja difícil que Margarita haya concordado con MAM, pues tiene atrás a su experimentado esposo, el ex presidente Felipe Calderón, que no se chupa el dedo, y más cuando Mancera puso más condiciones, como si fuera el dueño del balón, cuando se veía que iba más bien a adueñarse de él.
De Moreno Valle no extraña, porque va a todas. No puede olvidar su ADN priista, que mamó en familia, lo cultivó muchos años que fue funcionario y legislador tricolor por Puebla, y al ver que su partido no lo hizo gobernador en dos ocasiones, acudió a su entonces poderosísima madrina política, Elba Esther Gordillo, quien le pidió a Calderón lo lanzara en una alianza del PAS, partido del que era dueña y señora, y el PAN.
Ahí no fue Felipe “el hijo desobediente” sino obsecuente, pues le debía a Elba haber movido a 8 gobernadores priistas a promover votos para que llegará al Palacio Nacional, incluido entre ellos el coahuilense Humberto Moreira, a quien después le coló a Peña como líder del PRI.
Cuando la Gordillo cayó en desgracia política, el ahijado destetado Moreno Valle se puso el marbete de panista y antes de salir de gobernador se apuntó como precandidato presidencial panista, sin dejar sus mañas priistas, pues impuso a Antonio Gali de sucesor y ahora colocará a su esposa, Martha Erika Alonso, a quien ya hizo secretaria general del comité estatal albiazul, que ejerce como cacique y persigue a panistas que pueden disputarle la gubernatura.
Le dejó a Puebla lastres, como el aumento de feminicidios y desechó las recomendaciones de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra la Mujer, y también una deuda de más de 40 mil millones, disfrazada porque hipotecó los ingresos que el estado debe recibir por uso de carreteras y otros servicios, para pagarla.
Pero, al ver MAM que no será el abanderado del Frente, dijo que se retiraría.
Parece que le cayó el veinte, pues si el PAN se retira del Frente con sus votos (amén del MC) no le bastarían los del PRD, y además decepcionó como gobernante capitalino, pues olvidó el rescate de los desaparecidos, a sus deudos y demás víctimas del sismo del 19/9, y prometió que no abandonaría el gobierno para atender la reconstrucción de la urbe; pero luego salió con que “dijo mi mamá que siempre no”.
No atiende las manifestaciones (que desquician el DF) de los damnificados, que se han unido y le reclaman los apoyos prometidos, para los que exigió fuertes sumas al gobierno federal, mientras él tracalea la lana, pagó $3,000 a más de mil falsos afectados y desaparecen millonadas de las cuentas de las dependencias.
Cabe preguntar ¿quién es el ganón de esos fraudes?
A dos meses del terremoto los damnificados exigen a MAM padrones auténticos y mecanismos para asegurarles la entrega de los recursos y que no vayan a dar a los bolsillos de funcionarios pillos, que abundan y lucran con el dolor ajeno, mientras miles de ellos viven aún en la calle.
Ha sido muy voraz con las multas, como las fotomultas (declaradas ilegales por el Poder Judicial) para guardar dinero para su campaña.
Además, dejó impune a Ebrard por todos los negocios que hizo como gobernante y, sobre todo por el escandaloso fraude de la Línea 12 del Metro, su obra dorada, por la que aún tiene que pagar millonadas cada año la CDMX.
Moreno Valle (PAN), Silvano Aureoles y Graco Ramírez (PRD), los suspirantes independientes Ferriz de Con y Ríos Piter y Martí Batres (palero del Peje en la disque encuesta con que éste se autonombrará candidato de Morena) no tienen posibilidad en la grande, y puede llamárseles espontáneos.
De plano el Peje ni la burla perdona: exige desterrar el “dedazo” y anuncia que empleará una encuesta (como la “cuchareada” con que destapó a la Sheinbaum) para autodesignarse, con su cinismo rampante.
Ricardo Monreal, exgobernador zacatecano y delegado en Cuauhtémoc, no se atrevió, a recetar al Peje la medicina que éste aplicó a Cuauhtémoc Cárdenas, el “parricidio” para quitarle la candidatura presidencial del PRD y a éste mismo.
A Monreal le dolió demasiado no ser el candidato de Morena a la CDMX y más que el Peje lo hiciera aparecer en cuarto lugar en la encuesta “chuchareada” con que le dio tal posición a Claudia Sheinbaum, y armó el sainete de que se iba y se iba….
Planeaba brincar del gobierno citadino a candidato presidencial de Morena en 2024; pero vió que eso está reservado para Andy López Beltrán, primogénito del Sr. López, pues Morena es su propiedad exclusiva, y ahí iniciará su imperio hereditario. Él, tan democrático que es.
Monreal fintó que se iba al Frente Ciudadano con la candidatura anhelada; habló con Ricardo Cortés y Dante Delgado, le dijeron que ya estaba etiquetada para Alejandra Barrales. Mas hizo creer a Andrés Manuel que dejaría Morena, éste lo invitó a no irse con “la mafia del poder”, y permanecerá en su partidazo
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