Uno de los problemas que de lejos se veía que iba a tener el Frente era la incompatibilidad en muchos de los planteamientos de políticas públicas y de formas de hacer política. Quizá los diseñadores de esa coalición supieron con inteligencia sortear esas clarísimas contradicciones, pero no todos los panistas piensan como Anaya y como Corral, ni todos los perredistas, como Guadalupe Acosta Naranjo o Los Chuchos. Y es lo que está pasando en algunos ámbitos del quehacer político. Dos ejemplos de la semana pasada nos ilustran los pleitos venideros en el Frente.
Una de ellas es que en ese Frente hay buenos y malos. Los buenos son los progres y los malos los conservadores o los que gobiernan. Por ejemplo, Javier Corral es bueno y los demás gobernadores del PAN son vendidos y corruptos. Para muestra están las declaraciones de prominentes frentistas, la semana pasada, sobre la marcha de Corral, que fue saboteada en Durango por una alcaldesa priista. De inmediato, personajes del Frente, como Emilio Álvarez Icaza, el bobalicón de Gustavo Madero y el propio Javier Corral la emprendieron contra el gobernador panista de Durango, y lo acusaron prácticamente de ser un priista y participar en el sabotaje de la marcha, y de ser un tipo arrastrado con el gobierno federal. Resulta curioso que estos personajes, que seguro aparecerán en las listas de candidatos con alguna posición plurinominal, sientan que su causa debe ser apoyada por todos, sin comentario alguno. Es probable que el gobernador de Durango no se quede de brazos cruzados con los insultos y se cobre el agravio en las elecciones. Pero el daño está hecho y abona a la división del panismo, que ahora tiene en esos perredistas y próceres del activismo a sus compañeros de ruta, que no se detienen para insultarlos y denostarlos. ¿Y qué opina el presidente del PAN de las agresiones a uno de sus gobernadores? Pues nada. ¿Y qué dice el candidato a la presidencia del Frente? Tampoco nada, sigue en el concurso de Cantando por un sueño, mientras en su partido hay una zacapela de todos contra todos.
Fue de sobra conocida la opinión del titular de Turismo, Enrique de la Madrid, de legalizar la mariguana en algunas entidades del país. Ricardo Anaya dejó por un momento su guitarrita y dijo que la legalización de las drogas no disminuirá la violencia. No era ese el sentido de la declaración del secretario, pero el candidato del PRD juzgó oportuno meterse de esa manera al tema y fue interpretado, correctamente, como una negativa a legalizar las drogas. En el Frente hay destacados activistas a favor de la legalización de la mariguana -con lo que estoy de acuerdo, por cierto- como Jorge Castañeda y Fernando Belaunzarán. Imagino que es de los temas que acordaron dejar a un lado para privilegiar su acuerdo en las coincidencias y no en las diferencias, pero es necesario saber qué piensa Ricardo Anaya de ese tema, qué le va a ofrecer al electorado en ese tema, si la oposición de los perredistas o los de izquierda liberal, o la posición conservadora que domina en el blanquiazul. Hay temas a los que no podrá darle la vuelta y son temas que para mucha gente son causa y motivan su voto. ¿Qué va a hacer el candidato del Frente? Decir que hay que hacer un debate nacional es no tener posición. Con la campaña llegará el momento de las definiciones, pero, por lo pronto, se ve que en el Frente no todo es paz y armonía, y eso que esto apenas empieza.
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