Beijing (AsiaNews) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo esta mañana su primera comunicación telefónica extensa con su par chino, Xi Jinping. En la conversación, que fue definida como “cordial”, Trump dijo querer honrar el principio de “una sola China”.
Durante el coloquio, ambas partes acordaron trabajar juntos en áreas que son de “interés mutuo”, y se intercambiaron invitaciones para visitar las respectivas naciones.
La televisión china reportó que “Xi Jinping aprecia cuanto fue dicho por Trump en relación al compromiso del gobierno americano por la política de una sola China, y subrayó que dicho principio es la base política sobre la cual se asientan las relaciones EU-China”.
Durante la campaña electoral, Trump denigró frecuentemente a China, acusándola de ser una “manipuladora de monedas” y amenazó con aplicar tasas sobre los productos chinos exportados a Estados Unidos. Inmediatamente después de su elección, provocó muchos comentarios y preocupaciones el hecho de que él haya aceptado una llamada telefónica con la presidenta de Taiwán, Tsai Ying-wen, y acto seguido dijo que en las futuras negociaciones comerciales, incluso el principio de una sola China podía ser nuevamente puesto en discusión.
Dicho principio establece que hay un solo país, “China”, al cual pertenecen la China continental y Taiwán. A todos aquellos que quieran tener relaciones diplomáticas con ella, Beijing los obliga a suspender su sede diplomática en Taiwán. Pero también es cierto que muchísimos países tienen relaciones comerciales con la Isla, a pesar de no tener una presencia diplomática. En los años 70 Estados Unidos estableció relaciones con la República Popular China reconociendo dicho principio, pero dice que se sentiría obligado a defender Taiwán en el supuesto caso de que se diera un ataque militar por parte de Beijing.
La llamada telefónica de este mañana representa un reaseguro en las relaciones entre China y Estados Unidos, después de semanas de incertidumbre y temores, además de los muchos consejos dados por empresarios y políticos en el sentido de no hacer una guerra (al menos comercial), puesto que esto conformaría una desventaja para todos.
Los analistas destacan que la llamada de Trump a Xi ocurre a pocas horas del arribo del premier japonés, Shinzo Abe, a Estados Unidos: casi un modo de tranquilizar a China en lo que respecta a las consecuencias de esta segunda visita que Abe efectúa al nuevo presidente.
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