Lentes para toda ocasión

El tema de los lentes presidenciales es, tan formidable como asombroso. Solo le permiten ver lo que al nervio óptico del mandatario le parece que es la realidad.



DEFINITIVAMENTE, LO PERDIMOS

El mandatario mexicano es polifacético, camaleónico, vociferantativo y hablantoso. Sigue asombrando a propios y extraños. Quienes creyeron que era un mundo raro, en expresión de José Alfredo, se equivocaron. Tiene su propio universo, sus personales datos, su individual hermenéutica de cualquier cosa que sucede. Por eso dogmatiza con singular y chispeante sentido de todo.

Pontifica y no admite devoluciones. Argumenta un grito de independencia furibundo, maléfico, intimidante para Biden y Trudeau, dispuesto a inmolarse en el desfile conmemorativo en presencia de la familia del Che Guevara y de la pléyade de sátrapas provenientes de varias partes del mundo. Por eso es magnificente, sedicente y ampuloso cuando amenaza, a la vez que populachero y lleno de lugares comunes cuando agrede, cuando minimiza o cree descalificar a alguien. No está enfermo. Eso está superado. Lo hemos perdido.

UN PAR DE EVIDENCIAS

La nota de El Financiero (https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2022/09/13/) es clarísima, diáfana. “AMLO defiende prisión domiciliaria de Félix Gallardo: ‘verdaderamente está mal de salud’. Félix Gallardo tiene dos condenas que suman 77 años de prisión, una de ellas por delitos relacionados con el narcotráfico”.

El macuspano es juez, ministerio público, juzgador de distrito, otorgador de amparos, abogado defensor y vocero de sus propias definiciones.

El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró este martes que la salud del narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo “verdaderamente está mal”, por lo que se le brindó la oportunidad de cumplir su condena en prisión domiciliaria.

Cuestionado sobre este tema en la conferencia matutina, el mandatario mexicano dijo que ‘El Jefe de Jefes’ tiene muchas enfermedades y pidió a Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, revelar el informe médico que llevó a las autoridades tomar esta decisión.

Es revelador el sentido caritativo del hombre de Tabasco. Con quien él denomina como “El jefe de jefes”, se conduele, reflexiona, implora y suplica piedad, porque tiene “muchas enfermedades”

Alguna de mis bellísimas lectoras y gentiles lectores, ¿tendrá alguna idea, alguna aproximación, sobre el número de víctimas de asesinato, secuestro, extorsión, robos, asaltos, amenazas y chantajes provocados por el jefe de jefes? El escribano considera que para el inquilino del zócalo, esas minucias no importan y por tanto, carecen de interés. Lo relevante es que “tiene muchas enfermedades” y hay que enviarlo a su casa para que repose y se atienda. ¿A cuál casa? Se supone que todo está confiscado por las autoridades. ¿O no?

Para el capo de capos, unos lentes por donde solamente se ve atención, amabilidad, petición de piedad. Los lentes para las víctimas, están borrosos, manchados o rayados, porque no se ve nada. Igual que los damnificados del Cero del Chiquihuite, que a un año de quedarse sin nada, ya les avisaron -ese es otro modelito de lentes- que ya mero empiezan a hacer los planos para una casa que, cualquier siglo de estos, les van a entregar.

PARA VERTE MEJOR

El tema de los lentes presidenciales es, tan formidable como asombroso. Solo le permiten ver lo que al nervio óptico del mandatario le parece que es la realidad.

Después de una balacera brutal y despiadada el 12 de septiembre en Orizaba, Veracruz, el mandatario no vio mayores problemas. Es más, su diagnóstico pontifical fue puntual: “…minimizó la balacera y aseguró que se trató de propaganda por parte de los delincuentes” …que el suceso no fue tan grave… Fue más un asunto de propaganda en redes, porque transmitieron en vivo…”.

A través de los lentes del hombre totalmente palacio, “el asunto no fue tan grave”, porque las tres personas que participaron en el delito, solamente amenazaban con utilizar una bomba, y no precisamente, una yucateca.

LOS LENTES CON BIDEN

Esos son otros lentes maravillosos. Después de las amenazas incendiarias y las proclamas nacionalistas que avizoraban un “síndrome de Juan Escutia”, el presidente anunció que ya cambio su discurso, porque el presidente Biden se ha portado bien y no es tan mal cuate.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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