En lugar de etiquetar y nulificar a los jóvenes, la sociedad debe reconocer el potencial que esta generación representa para el desarrollo del país: Alianza Jóvenes con Trabajo Digno
La Alianza Jóvenes con Trabajo Digno denunció que por su corta edad, su físico, su forma de vestir o arreglo personal, la población juvenil en México ha sido víctima de discriminación, por lo que hicieron un llamado a los empleadores, las autoridades y a la sociedad en su conjunto a dejar atrás los estigmas, prejuicios y etiquetas que carecen de fundamento, pero por las cuales se les niegan oportunidades académicas y laborales.
Con motivo del Día Internacional de la Juventud, que se conmemora el 12 de agosto, la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno exhortó a la población a que en lugar de etiquetar y nulificar a quienes forman parte de este sector de la sociedad, se reconozca el potencial que esta generación representa para el desarrollo del país.
“No somos ninis, ni generación de cristal, ni de mazapán, las etiquetas son falsas, pero su efecto es real: contribuyen a cerrar las puertas a millones de jóvenes en las escuelas, en el trabajo y a veces hasta en las familias”. Las etiquetas dañan a quienes las reciben porque se les niegan derechos, advirtieron.
En conferencia de prensa encabezada por Angie Jasso, secretaria técnica de la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno, expusieron que los prejuicios y estigmas sobre las personas jóvenes están muy arraigados, ejemplo de ello es que el 60 por ciento de la sociedad tiene la creencia de que la mayoría de los jóvenes son irresponsables, lo que rechazaron categóricamente.
En este sentido ofrecieron el testimonio de muchachos que viven en zonas populares de Monterrey, quienes en las entrevistas de trabajo han optado por negarse a revelar dónde viven o sus lugares de origen, ya que les ha pasado que los empleadores no continúen con la entrevista y menos se interesen en sus competencias.
Esto mismo sucede cuando se presentan con el cabello pintado de colores, tatuajes o perforaciones, elementos que, aseguraron, forman parte de la expresión de identidad.
Los integrantes de la organización juvenil señalaron que la Encuesta Nacional de Discriminación de Inegi y Conapred muestra el alcance del problema, pues casi una quinta parte de la población joven, es decir el 19 por ciento, declaran haber tenido un incidente, donde sin razón aparente, se han negado derechos y el 36 por ciento percibe que en el país hay poco o nada de respeto a sus derechos.
Les niegan oportunidades
En la conferencia en la que participaron María Fernanda Torres Sánchez, Servicios a la Juventud, A.C. (Seraj); Jaqueline García Cordero, coordinadora de Desarrollo de Líderes Jóvenes para la Red Global de Jóvenes Oportunidad (Goyn) / YouthBuild México; Luz María García Vázquez, Desarrollo Autogestionario, A.C. (Auge); Gabriel Adalid Muñoz Plata, Servicios a la Juventud, A.C., (Seraj) y Fernanda Jéssica Gutiérrez Urquiza, Fundación Forge México, el colectivo indicó que según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país hay siete millones 634 mil jóvenes excluidos del trabajo y fuera de la escuela.
Además, de los 15 millones y medio de jóvenes que trabajan, 10.8 millones no tienen ingreso suficiente para lo más básico y 9.4 millones carecen de acceso a salud y seguridad social, situación que aún es más difícil en las zonas rurales donde hay 3.3 millones de jóvenes ocupados, 2.7 millones están bajo la informalidad y 949 mil jóvenes no perciben ingresos por sus labores, lo que refleja la precariedad de la oferta laboral disponible para las juventudes así como la importancia de tomar acción al respecto.
Los integrantes de Alianza Jóvenes con Trabajo Digno pidieron a los empleadores que abran las puertas a este sector de la sociedad a trabajos bien remunerados y con derechos laborales, en lugar de seguir desperdiciando el bono demográfico que representan.
Entre las acciones que esta organización lleva a cabo es la de promover estrategias a favor de la inclusión económica de jóvenes buscando incidir en el sector privado y en las políticas públicas.
Por una parte, busca cambiar la cultura de las empresas y entidades empleadoras por medio del Decálogo para la inclusión laboral de jóvenes, que tiene 10 puntos que permiten identificar y revertir acciones discriminatorias como la exigencia de exámenes médicos, pruebas de embarazo o carta de antecedentes no penales o contratar jóvenes con base en la apariencia física en lugar de los méritos o las habilidades.
Por otra parte, la Alianza busca promover políticas públicas efectivas para la inserción laboral de jóvenes, especialmente aquellos en contextos adversos: con pobreza, rezago educativo y carencias sociales, en diálogo con las autoridades.
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