La apasionante biografía de la escritora Sigrid Undset

Su huella ha perdurado con el paso de los años y ha quedado como una luminaria de la Literatura Universal.



Nunca supuse que la brillante escritora noruega, Sigrid Undset, hubiese tenido una profunda evolución ideológica. Sigrid nació en Dinamarca en 1882 y falleció en Lillehammer, Noruega, en 1949, a la edad de 67 años.

En su educación recibió influencia del cientificismo y el ateísmo tan en boga en esa época. La primera novela que escribió se titulaba: “La Señora Marta Ulía” (1907), que tuvo muy buena aceptación de los críticos literarios y fue un gran éxito editorial. Ello le valió una beca para estudiar en Roma.

En la Ciudad Eterna tomó diversos cursos de Literatura. Conoció al pintor noruego, Anders Castus, con quien se casó y formó una familia. A los pocos años, el pintor Castus decidió abandonarla.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) decidió regresar a Noruega, país que permaneció neutral durante esa conflagración. Ahí recibió un importante apoyo económico como escritora mediante una pensión vitalicia. Con esa ayuda pudo sostener a sus hijos y dedicarse por completo a escribir.

Fue una admirable luchadora en movimientos sociales y políticos a favor de los derechos de las mujeres. En su obra, “Primavera” (1914), escribe contra los defensores del “amor libre”. En 1918 publica su novela “Mujeres Sabias”.

Se puede destacar que Sigrid tenía una inteligencia sobresaliente. Sentía mucha inquietud espiritual. Su vida de atea no le convencía en absoluto debido a que sentía un profundo vacío interior y que su vida carecía de sentido.

Intuía la existencia de un Ser Trascendente, así que comenzó a buscar la verdad. Leyó numerosos libros y sostuvo conversaciones con sacerdotes católicos.

Consideraba que debería de existir un Dios que perdonara, porque los pecados corroen el alma y es necesaria la ayuda de un confesor para que los absuelva e imponga una penitencia. Le parecía desconcertante que los luteranos rechazaran la Confesión.

Fue entonces cuando decidió escribir varias novelas sobre estos temas, mediante sus libros “Gymnadenia” (1929) y “La Zarza Ardiente” (1930). En ellas externa sus inquietudes y muchas de sus búsquedas espirituales. Ingrid establece en sus novelas el principio católico de la Confesión.

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), con su pluma se opuso abiertamente a las ideas extremistas de los nazis y, en general, de los fascistas. Ello le valió ser perseguida por el Partido de Adolfo Hitler.

Fue entonces cuando decidió huir, después de encargar sus hijos a un familiar, y realizar la odisea de hacer un viaje en esquí para llegar, primero, a Suecia. Y después tomó la determinación de avanzar y continuar -también en esquí- con una aventura que parece increíble e introducirse en Rusia.

Luego cruzó la enorme Siberia, en el crudo invierno. De ahí pasó a Japón y finalmente arribó a los Estados Unidos. Esta hazaña supera a todas sus obras de fantasía e imaginación.

Demostró su valentía y temple de acero al realizar esta proeza. Sus obras más conocidas son: “Kristin Lavransdatter (1920-1922), “Olav Audunsson (1925-1927) en las que expone, entre otros temas, algunos conflictos entre el amor terreno y divino.

Otras novelas destacadas son “La Esposa Fiel” (1936), “Madame Dorothea” (1939), que es su autobiografía, “Los Años más Largos” (1934) y su célebre biografía sobre “Catalina de Siena” (1951)., que fue su obra póstuma y muestra su madurez como escritora.

Es sorprendente que Sigrid, desde su conversión al catolicismo, promovió abiertamente los valores cristianos a través de sus obras, como en su tiempo también lo hizo el inolvidable escritor inglés, Gilbert K. Chesterton.

En su novela “Catalina de Siena” expone muchos conceptos acerca de lo que piensa sobre la mujer y su papel en la sociedad y en la Iglesia.

La analista literaria, Mignon Domínguez comenta que la vida de esta autora transmite un cálido mensaje femenino. No retrocedió jamás ante sus ideales, sino que siempre fue fuerte y firme, como esas heroínas de las sagas y leyendas escandinavas que probablemente escuchó de niña en su casa de Dinamarca.

En 1928 fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura, poco después, de ser nombrada Presidenta de la Sociedad Noruega de Autores.

Sin duda, fue una escritora muy prolífica y es un destacado ejemplo para las mujeres de su tiempo y de la actualidad, porque enfrentó numerosos desafíos y retos que supo resolver con su firme carácter, con agudeza y su brillante inteligencia y su admirable determinación.

Su huella ha perdurado con el paso de los años y ha quedado como una luminaria de la Literatura Universal.

 

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