La alta inflación por la pandemia y el conflicto en Ucrania han erosionado los ingresos reales de la población, sobre todo la más vulnerable, lo que representa un riesgo de disturbios sociales en los países de América Latina y el Caribe, advirtió el FMI.
La guerra en Ucrania, el aumento de la inflación, las condiciones financieras más restrictivas, la desaceleración económica de los principales socios comerciales y el descontento social pueden empeorar las perspectivas de crecimiento para América Latina y el Caribe, alertó en su blog el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En conferencia de prensa Ilan Goldfajn, director del departamento del hemisferio Occidental del FMI, abundó que la alta inflación derivada de la pandemia y los choques económicos generados por el conflicto en Ucrania son dos factores que han erosionado los ingresos reales de la población, sobre todo la más vulnerable, lo que representa un riesgo de disturbios sociales para los países de la región.
Destacó que la pobreza y la desigualdad siguen siendo preocupaciones importantes, dado el impacto desigual del aumento de la inflación sobre la población. Los grupos más vulnerables en la región son los más golpeados por el incremento de precios de los alimentos básicos y la energía, al tiempo que siguen luchando para recuperarse del impacto económico de la pandemia.
Subrayó que “la inflación para los pobres es dos a cuatro por ciento mayor que la inflación que afecta a los ricos, la parte más vulnerable de la región tiene un mayor consumo proporcional de alimentos y de energía para el transporte”, por lo que afirmó que “en este momento lo más importante es proteger a las personas más vulnerables utilizando las redes de protección social si las hay, y si no utilizar medidas temporales para evitar un costo fiscal a largo plazo”.
Resaltó que desde que estalló la guerra, varios países de la región han actuado para contener los efectos del aumento de los precios en los grupos vulnerables, con medidas que van desde la reducción de impuestos y aranceles de importación hasta límites de precios o transferencias sociales.
Indicó que cerca del 40 por ciento de los países han introducido nuevas medidas, sobre todo por el lado de los impuestos, con un costo fiscal medio estimado equivalente al 0.3 por ciento del Producto Interno Bruto de este año.
Por otra parte, Ilan Goldfajn destacó que existen dos grandes riesgos para la economía mundial, la primera de ellas el endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos que con el tiempo podría incidir en las condiciones financieras internacionales y el aumento de los costos de financiamiento a escala mundial e interna puede acelerar la salida de capitales y plantear un reto para la región, y por otro lado la desaceleración en China.
El FMI estimó un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la región de 2.5 por ciento, la tasa más lenta entre las regiones del mundo, con excepción de Europa emergente y en desarrollo, que padece una recesión por la recesión de Rusia a consecuencia de las sanciones económicas que varios países occidentales han hecho en el marco de los ataques a Ucrania.
En concreto, el FMI destacó que la economía de México se desacelerará a dos por ciento.
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