Empresas tanto públicas como privadas deben facilitar que toda mujer preparada pueda ocupar un puesto directivo que beneficie no solo a la empresa sino a la sociedad.
Seguramente has escuchado hablar del techo de cristal, y hay quien afirma que puede ser hasta de acero. Veamos a que se refiere este término.
El techo de cristal representa un obstáculo para el crecimiento y presencia de las mujeres en las organizaciones. Son normas no escritas al interior de una empresa que dificulta a las mujeres para que puedan ocupar puestos de alta dirección.
Es una metáfora que designa un tope para la realización de la mujer, que puede deberse a estereotipos que se han aprendido, a la costumbre de que los puestos sean ocupados por hombres, o bien a que la mujer tenga una baja autoestima, inseguridad o miedo.
Una realidad es que los mejores años para ser madres coinciden con los mejores años para el desarrollo profesional. Surge entonces un conflicto entre formar una familia y trabajar, la mujer debe elegir que hacer en ese momento de su vida.
Ahora bien, cada vez más empresas están experimentando los beneficios de eliminar este techo de cristal. Está comprobado que quienes tienen mayor igualdad entre hombres y mujeres gozan de niveles más altos de crecimiento y mejor desempeño.
Estudios realizados por la ONU arrojan datos estadísticos que demuestran que la incorporación de mujeres en todos los niveles es un buen negocio para las empresas no solo porque ellas representan el 64% de las decisiones de compra, sino porque su creatividad, visión y gestión han comprobado ser benéficas y generar resultados para las compañías.
Algunas de las medidas concretas que se han ido estableciendo son las siguientes:
– Contar con cuartos de lactancia bien equipados: se supone que está reglamentado, pero muchas empresas no lo hacen. Cuando se cuenta con ellos, se facilita de forma inmediata que las madres trabajadoras puedan tener un mejor balance entre su vida profesional y personal, simplemente por el hecho de que puede hacerse el proceso de lactancia en la zona de trabajo, de una forma digna, saludable y adecuada.
– Servicios de guardería. Los centros corporativos deben firmar convenios con guarderías de la zona, o tener la suya propia. Cuando lo hacen además de que obtienen un descuento para los colaboradores, le dan tranquilidad a las madres de que sus bebés están cerca y pueden visitarlos.
– Ampliar en período de maternidad/paternidad/adopción: asumir estas licencias como una inversión y no como un gasto. Dar un poco más de lo que establece ley, y permisos para cuando su hijo se enferma o tiene que acudir a un festival a la escuela ha demostrado que hace que los trabajadores regresen con más gusto y agradecidos al trabajo.
– Políticas de sensibilización: se trata de platicar con los líderes de la organización sobre lo importante que es tener esta flexibilidad y como deben de manejar equipos diversos y ser incluyentes. Un equipo de todas las edades, empleados que son padres o madres, y aprovechar así el talento femenino.
Cada vez más mujeres salen a trabajar y aportan económicamente al sostenimiento del hogar y la educación de los hijos. Empresas tanto públicas como privadas deben facilitar este camino, quitar este famoso techo de cristal, para que toda mujer preparada pueda ocupar un puesto directivo que beneficie no solo a la empresa sino a la sociedad. Es tiempo que hombres y mujeres trabajemos juntos por el bien de todos.
Te puede interesar: ¡Deja que tus hijos se tropiecen y sufran!
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com