Estados Unidos denunció que teme que el presidente sirio, Bashar al Asad, puede estar preparando un ataque con armas químicas tras detectar “una actividad sospechosa” en la misma base aérea desde donde se lanzó un presunto ataque similar en abril, y advirtió de consecuencias si Damasco lo lleva a cabo.
Rusia, fiel aliado de Siria, tildó “las amenazas contra el gobierno sirio” de “inaceptables”.
El Pentágono dijo haber detectado “una actividad” sospechosa en la misma base aérea desde donde se lanzó un presunto ataque similar en abril. “Hemos visto una actividad en la base de Shayrat (…) que indica preparativos para un posible uso de armas químicas”, dijo el portavoz del Departamento de Defensa, el capitán de navío Jeff Davis. “Esto involucra un tipo específico de aeronave y un hangar específico que sabemos están asociados a uso de armas químicas”, añadió.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, había advertido de la sospecha en un comunicado la noche del lunes al señalar que “Estados Unidos ha identificado la posible preparación de otro ataque con armas químicas por parte del régimen de Asad que podría provocar una masacre de civiles, incluyendo niños inocentes”.
La Casa Blanca anunció que los preparativos son similares a los llevados a cabo por el régimen de Asad antes de lanzar un supuesto ataque químico contra una ciudad controlada por rebeldes el pasado 4 de abril.
En esa ocasión, Washington lanzó como represalia 59 misiles contra una base aérea siria, lo que supuso la primera intervención armada de Estados Unidos contra el régimen de Damasco.
“Si Asad realiza otro asesinato masivo con un ataque de armas químicas, él y sus militares pagarán un alto precio”, advirtió Spicer.
Asad ha negado repetidamente que sus fuerzas utilizaran armas químicas en abril contra la ciudad rebelde de Jan Sheijun, asegurando incluso que esas alegaciones “fueron 100% fabricadas”.
Ese ataque provocó 88 muertos, entre ellos 31 niños, y generó una ola de indignación.
Este bombardeo fue, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el segundo “ataque químico” más sangriento desde el inicio del conflicto en 2011, tras el llevado a cabo en los suburbios de Damasco en 2013 con gas sarín, que causó 1,400 muertos.
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