Las Fuerzas Armadas no son como cualquier otra institución de la administración pública federal porque tienen una categoría distinta y además es armada.
La concentración del poder, el desprecio por los órganos autónomos y medios de comunicación, los asaltos a instituciones educativas como la UNAM, el CIDE y la UDLAP en Puebla, así como el cambio que están teniendo las Fuerzas Armadas con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador “es alarmante, es preocupante y va camino a un autoritarismo evidente”, aseguró José Rafael Grijalva Eternod, catedrático de la Escuela en Relaciones Internacionales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
En torno a las Fuerzas Armadas, Herminio Sánchez de la Barquera y Arroyo, decano de Ciencias Sociales de esta universidad, aludió al discurso del 20 de Noviembre del secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, en el que pasó una línea tenue toda vez que ya se apropió del vocabulario de la autonombrada cuarta transformación, que está llamando a un proyecto que no tiene nada que ver con algo sexenal, es decir, estamos en un proceso de intento de cambio de régimen que va más allá de un periodo sexenal”.
Asimismo, señaló que con el reciente Acuerdo decretado por López Obrador en relación con los proyectos y obras del gobierno de México considerados de interés público y seguridad nacional, implica riesgos para el país, ya que “el hecho de que estén ‘blindadas’ de cualquier proceso jurídico o de cualquier rendición de cuentas, es preocupante porque no sólo puede provocar problemas de corrupción entre las Fuerzas Armadas o pueda significar una violación a la Constitución mexicana”.
Por otra parte, Valente Tallabs González, director de la facultad de Ciencia Política y Gobierno de la UPAEP, reveló que hoy en día las Fuerzas Armadas enfrentan problemas de identidad y respeto por parte de la sociedad, pues su razón de ser que es salvaguardar la seguridad nacional, hoy se ve trastocada no sólo por las diversas tareas que se les han asignado que no corresponden a la defensa de la nación, sino también por lo que se entiende como seguridad, lo que genera distorsiones entre los ciudadanos.
Expresó que en las últimas décadas se ha ido desvirtuando la función esencial para la cual fue creado el Ejército, participar en la defensa exterior de la nación y promover la seguridad nacional y que en los últimos años se ha empleado en tareas de seguridad interior y hasta en asuntos de seguridad pública.
Reiteró que las Fuerzas Armadas no son como cualquier otra institución de la administración pública federal porque tienen una categoría distinta y además es armada.
Tallabs González alertó que de seguir con esta sinergia, las Fuerzas Armadas corren el riesgo de perder la confianza de la ciudadanía, ya que debemos recordar que son un baluarte y un logro de la política reciente mexicana que se consolidaron como una institución confiable, que ofrece lealtad y al margen de la política.
Indicó que la sociedad no puede permitir que se esté desfigurando su naturaleza, porque también se está usando como el último recurso frente al fracaso de lo civil.
En cuanto al ámbito internacional, José Rafael Grijalva destacó que actualmente existe un creciente contexto de autoritarismo en diversas partes del orbe como una reacción a las terceras y cuartas olas democráticas que se dieron a finales de los noventas y principios del Siglo XXI.
Consideró necesario que este fenómeno sea estudiado por la academia la cual debe preguntarse y repensar cuál es el papel de las Fuerzas Armadas observando tres dimensiones: desde el punto de vista jurídico, para saber si son constitucionales las funciones que realizan; desde el ámbito político para establecer cuál es la relación que tienen con el poder, y una tercera, desde el punto de vista sociológico, cuestionando si son eficaces estas políticas para dicho ejercicio.
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