El máximo líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, en su mensaje de Año Nuevo hizo hincapié en que su país es una potencia nuclear y que la capacidad atómica norcoreana es una fuente disuasoria para Estados Unidos, que -aseguró- no se atreverá a iniciar una guerra ahora porque, “siempre hay un botón nuclear en mi escritorio”.
Sin embargo, expresó su intención de mejorar las relaciones con Corea del Sur y como un gesto de la búsqueda de paz entre ambas naciones, indicó que podría mandar una delegación de deportistas para que participen en los Juegos Olímpicos de Invierno que se llevarán a cabo en Pyeongchang.
Frente a este anuncio, Corea del Sur ofreció este martes celebrar un diálogo de alto nivel con la República Popular Democrática de Corea (RPDC) el próximo 9 de enero en la aldea de la tregua de Panmunjom.
“El gobierno propone (a la RPDC) mantener un diálogo intergubernamental de alto nivel del Sur y el Norte el 9 de enero en la Casa de la Paz de Panmunjom”, dijo el ministro de Unificación de Corea del Sur, Cho Myoung-gyon.
Trump se cuelga la medallita
Las sanciones y presiones adicionales han comenzado a tener un “gran impacto” sobre Corea del Norte, hasta el punto de que su Gobierno parece abrirse a un diálogo con Corea del Sur, ha afirmado este martes Trump en Twitter.
“Los soldados huyen peligrosamente hacia Corea del Sur. El ‘Hombre Cohete’ ahora quiere hablar con Corea del Sur, por primera vez. Puede ser una buena noticia, o tal vez no. ¡Ya veremos!”.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en diciembre medidas punitivas para restringir buena parte del suministro de productos petroleros a Pyongyang y la repatriación de los norcoreanos que están trabajando en el extranjero. Además, dos soldados del Norte han desertado en los últimos meses hacia el Sur.
Con información de EFE, AFP y Xinhua