En los próximos días, luego del regreso a clases, los menores buscarán que sus padres los aseguren, querrán estar más cerca de ellos, indicaron especialistas de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Luego de 16 meses sin clases presenciales, el pasado lunes 30 de agosto, miles de niños regresaron a las aulas en toda la República Mexicana y de acuerdo con María Teresa Monjarás Rodríguez y Laura Hernández Trejo de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los principales efectos que presentaron muchos de los alumnos fueron irritabilidad y ansiedad.
“Esto puede presentarse en algún porcentaje de la población que asiste presencialmente a clases, no es en todos, porque hay incluso preescolares que no han presentado trastorno alguno. Por el contrario, han adquirido alguna habilidad”, señaló María Teresa Monjarás en la conferencia “Regreso a clases: la psicología de alumnos y padres”.
Respecto a los alumnos de preescolar, las especialistas detallaron que “en los alumnos más pequeños embarga la emoción por reencontrase con otros niños, pero también el miedo al contagio y la ansiedad por la separación momentánea de los padres o cuidadores” y se podría presentar una sobreexcitación.
Por su parte, Laura Hernández explicó que en los próximos días luego del regreso a clases los menores buscarán que sus padres los aseguren, querrán estar más cerca de ellos y dirán “voy contigo”, “no me dejes”, querrán irse a dormir con mamá o papá, o en otros casos tendrán dolores estomacales, porque hay preocupación o se manifestarán más irritables.
“Quizá pasarán a un estado súbito de enojo o llanto, porque no están pudiendo resolver toda la carga de estrés, por lo que hay que estar listos para brindar ayuda”, aseguró Hernández Trejo y detalló que en ese punto es vital el apoyo de los padres, pues cómo los padres manejen el estrés y la situación, será la manera en la que sus hijos aprenderán a lidiar con el estrés o situaciones difíciles.
Las especialistas recomendaron ayudar a los menores por medio de juegos y se pueden establecer rutinas, que les darán certidumbre de lo que sucederá. “A los más pequeños, llevarlos a la puerta con su juguete preferido, solo para que los acompañe de camino a la escuela y hacer una notita con un corazoncito para que nos hagamos presentes y les dé seguridad”, comentaron.
Finalmente, las especialistas informaron que algunas fortalezas que los menores podrían desarrollar son: mayor sentido de la responsabilidad; gratitud, de que se percaten de lo que sí tienen y creatividad.
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