Resiliencia. Virtud que los hijos necesitan cuando las cosas no salen como quieren

Es muy necesario que nuestros hijos se acostumbren a que las cosas van y vienen, que las situaciones cambian de un momento a otro, que todo es pasajero y por eso debemos vivir felices con lo que tenemos ahora.


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La resiliencia es la capacidad que vamos desarrollando durante nuestra vida para superar las situaciones adversas y salir fortalecidos de ellas.

Cada persona tiene procesos distintos, pero en general vamos siendo más resilientes conforme vamos superando las circunstancias adversas que se nos presentan, las vamos enfrentando y les sacamos algo positivo que nos hace crecer como personas.

En ocasiones encontramos personas más resilientes porque tuvieron ejemplos o modelos a seguir en sus padres, hermanos o conocidos que les dejaron marcados fuertemente.

Nuestros hijos, por lo tanto, no nacen con estas capacidades, es por esto que te dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos en la resiliencia.

PRIMERO. Ayudemos a nuestros hijos a ubicar sus capacidades y sus limitaciones.
De esto dependerá que puedan usar sus capacidades para buscar soluciones y las limitaciones para buscar crecer en esos puntos, pueden ser una motivación para no dejarse vencer por los problemas que se les presentan.

Dos cualidades que debemos cultivar en nuestros hijos son la tenacidad y la perseverancia para poner todo el empeño en salir adelante y cumplir sus metas, siempre con una actitud positiva.

Otro punto importante es que debemos enseñarles a terminar lo que comienzan desde pequeños.

SEGUNDO. Enséñales a que deben controlar sus emociones y no las situaciones.
Es muy diosito una cosa de la otra.

Las situaciones que viven están afectadas por muchos factores que están fuera de su control y que querer controlarlas puede llevarles a situaciones extremas de estrés o ansiedad.

Pero sus emociones es algo que deben aprender a gestionar y controlar.

Pueden comenzar por ponerle nombre a lo que sienten y a identificar los efectos de esas emociones.

Y en un segundo momento debe aprender que no es malo tener esas emociones, lo malo es dejar que ellas nos dominen pues podemos perder el rumbo.

Es necesario hacer uso del autodominio para gestionar esas emociones y así darles un cause adecuado.

Para esto podemos hacer uso de la inteligencia emocional.

TERCERO. Acostumbrarnos a ser flexibles a los cambios y a no aferrarse.
Es muy necesario que nuestros hijos se acostumbren a que las cosas van y vienen, que las situaciones cambian de un momento a otro, que todo es pasajero y por eso debemos vivir felices con lo que tenemos ahora.

El futuro aún no llega y no sabemos qué pasará.

Si aprenden a ser flexibles a los cambios desarrollarán la capacidad de adaptarse a lo que se vaya presentando y a crecer en todo momento.

Es importante también que comprendan que no debe aferrarse a las cosas, por lo que es buen ejercicio que a final de año hagan limpieza de sus juguetes o de la ropa y que ellos escojan cuáles van a compartir con los que menos tienen. Claro que deben ser juguetes y ropa en buen estado.

CUARTO. Ayúdalos a enfrentar la adversidad con una actitud positiva y con creatividad.
Es super importante la actitud de nuestros hijos para enfrentar lo que se presenta porque así serán felices todo el tiempo y podrán sacar cosas buenas de cada situación.

La creatividad les ayudará a resolver todo de un modo distinto cada vez y de la mejor manera.

A veces nos cuesta trabajo encontrar soluciones porque no podemos ver las cosas desde un punto de vista nuevo, pero nuestros hijos pueden ir adquiriendo esta capacidad poco a poco.

Y QUINTO. Que sean conscientes qué todos necesitamos de todos.
Nadie puede salir adelante completamente solo, o por lo menos es mucho más difícil.

Por eso debemos educar a nuestros hijos para que comprendan que formamos parte de una familia, en las buenas, en las malas y en las peores; y que siempre debemos buscar apoyarnos en todo.

Pero también debemos aprender a dejarnos ayudar y a veces a nuestros hijos les cuesta mucho trabajo, a veces por pena y a veces por orgullo, pero de igual manera es necesario vencerse y dejarse ayudar, sobre todo por las personas que los amamos y que siempre procuraremos su bien.

Pero sobre todo por Dios, porque Él mejor que nadie sabe lo que es bueno para nosotros y debemos enseñar a nuestros hijos a preguntarle a Dios que quiere de nosotros en cada momento y circunstancia de nuestra vida.

Así estaremos siempre dispuestos a hacer la Voluntad de Dios para con nosotros y a acogerla en nuestro corazón para que, como dice la Palabra de Dios, todo sea para bien de los que creemos en Dios. (Rom 8, 28)

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