A Estados Unidos se le agota la paciencia porque la estrategia “abrazos, no balazos” no funciona, ya que los cárteles mexicanos son el principal problema para su seguridad interna.
En Estados Unidos existen 393.3 millones de armas de fuego en poder de los civiles (1.8 por cada habitante) y en México sólo 16.8 millones (una por cada siete habitantes), es decir, en el país existen 23 veces menos armas; sin embargo, la tasa de homicidios es del triple que en la Unión Americana, de acuerdo con la última encuesta de la organización Small Armas Survey.
Alejandro Desafassiaux, presidente fundador del Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP), dijo que la reciente demanda del gobierno federal contra las ensambladoras estadounidenses de armas está injustificada, debido a que la causa de la violencia no son los rifles per se, sino la incapacidad de las autoridades para controlar a las organizaciones criminales que las adquieren.
“Más de medio millón de armas se trafican cada año de Estados Unidos a México y son responsables de 17 mil homicidios anuales y de daños equivalentes a 1.1 por ciento del PIB, según datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Estas armas representan el 70 por ciento de las que ingresan al país y el otro 30 por ciento provienen de China y Europa. Aunque Estados Unidos dejara de venderlas, el crimen organizado recurrirá a otros proveedores y sólo cambiaría dicha proporción; sin embargo, no se va a detener, pues el uso descontrolado de armas ilegales es solo consecuencia de la violencia”, agregó.
Desafassiaux afirmó que Estados Unidos se le agota la paciencia porque la estrategia “abrazos, no balazos” no funciona, ya que los cárteles mexicanos son el principal problema para su seguridad interna.
Mencionó que la situación de violencia se ha desbordado. La segmentación de cárteles ha dado paso a 227 organizaciones delictivas en México, según el último mapa criminal elaborado por Lantia Intelligence. Tan sólo el cártel de los Zetas operó en los últimos años en al menos siete sitios de exterminio en Nuevo León, en los que se han encontrado más de 867 mil restos humanos, de acuerdo con información oficial obtenida hace unos días, a partir de solicitudes de transparencia.
“La violencia responde a causa multifactoriales, no se va a detener simplemente con un mejor control en el tráfico de armas o focalizando la estrategia sólo en los 50 municipios más inseguros, pues se requieren políticas públicas integrales de parte de los tres órdenes de gobierno para impulsar el desarrollo económico del país, elevar su nivel de educativo y también involucrar más activamente la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para desarticular las finanzas de las células criminales”, concluyó Alejandro Desafassiaux, presidente fundador del CNSP.
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