La actitud lacayuna de Javier Corral no es desconocida para quienes se han topado con él en la vida pública: siempre agacha la cerviz antes de soltar la puñalada por la espalda.
“Chihuahua es un pueblo muy grande para tan poco gobernador”, dijo en 2018 el ahora presidente refiriéndose a Javier Corral, gobernador de ese estado. El tiempo pasa y la política modera los tonos, se cambia conforme va el aire. Ahora que el gobernador se va del puesto se humilló ante el poderoso presidente, el que le dijo poca cosa, y se deshizo en elogios al mandatario, pidió valorar el liderazgo de AMLO y evaluar con justeza los alcances de los objetivos del proyecto presidencial y denunció que, con tal de criticar a López Obrador, ha salido nuevamente “el fantoche del comunismo por parte de quienes se oponen a la 4T”, que se debe hacer a un lado “la irracionalidad política”, “la explotación del miedo” y ver la “dimensión de los logros” presidenciales.
Pero bueno, como bien dijo López Obrador aquella ocasión en Delicias, “el gobernador Corral engaña a los que no lo conocen”. El chihuahuense está a punto de dejar su partido, se dice que va a Movimiento Ciudadano –como si ese partido necesitara cascajo– o que se va al gobierno del presidente. Cualquier camino que implique alguna traición, lo tomará. De cualquier forma, la actitud lacayuna de Corral no es desconocida para quienes se han topado con él en la vida pública: siempre agacha la cerviz antes de soltar la puñalada por la espalda.
La sumisión se premia, ya sea en la embajada de España, donde un esbirro del canciller Ebrard difama y corre a un escritor de prestigio que se atrevió a decir lo que piensa, o en Chihuahua con la mirada complaciente del Presidente ante la postración degradante del que fuera opositor. En un artículo titulado La república de los lacayos (Reforma 09/08/21), Jesús Silva Herzog dice que el gobierno federal se dibuja como una república de lacayos, “un gobierno que ha convertido en tapete a los prestigios que llegó a convocar; que bloquea cualquier brote de inteligencia para no incomodar al hombre de las irrebatibles ocurrencias”. No sabemos si Corral ha sido convocado, pero sí que ya se puso de tapete.
No debe sorprender el envilecimiento público de Javier Corral. Es el gobernador peor calificado de todos. En una encuesta realizada por México Elige, Corral aparece en último lugar ¡debajo de Cuauhtémoc Blanco! Al gobernador chihuahuense lo rechaza el 75% de sus gobernados. Apto para la polémica, inepto para gobernar, hombre de traiciones y rencores, dominado por sus fobias, Corral es la viva imagen del merolico ilustrado y ahora del servil dispuesto a todo por un elogio del presidente.
En La república de los lacayos, dice Silva Herzog, se exige “una ostentosa identificación con los dictados, las frases, las antipatías y los afectos del Señor”. Apunte usted en esa fila de alegres lacayos al próximo exgobernador de Chihuahua.
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