A consecuencia de la pandemia, las mujeres han sufrido una pérdida desproporcionada de empleo e ingresos, debido a su excesiva presencia en los sectores más afectados como los servicios de alojamiento, de comidas y manufacturero.
La crisis económica ocasionada por la pandemia provocó una pérdida de empleo sin precedentes en el mundo, de esta situación las mujeres son quienes más resultaron afectadas, tan sólo este año se calcula que habrá 13 millones menos de empleadas, mientras que se prevé que el sector masculino se recupere y alcance los niveles de 2019, destaca una investigación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De acuerdo al análisis “Avanzar en la reconstrucción con más equidad: Los derechos de las mujeres al trabajo y en el trabajo, en el centro de la recuperación de la COVID-19”, las mujeres han sufrido una pérdida desproporcionada de empleo e ingresos, debido a su excesiva presencia en los sectores más afectados como los servicios de alojamiento, servicio de comidas y el sector manufacturero.
Según las previsiones de la OIT, se espera que en 2021 el empleo de las mujeres aumente 3.3 por ciento en comparación con los niveles de 2020 (41 millones), mientras que el empleo de los hombres lo hará tres por ciento (59 millones). Aunque la tasa de crecimiento del empleo del sector femenino para este año tiene una proyección que supera a la del sector masculino, será insuficiente para que recuperen los niveles de empleo previos a la pandemia, debido a que estas experimentaron mayores pérdidas de empleo en 2020 (-4,2 por ciento).
A nivel mundial, se prevé que en 2021 haya 13 millones menos de mujeres empleadas que en 2019 y que el número de hombres con trabajo sea aproximadamente el mismo que hace un par de años.
“Se prevé que en 2021 la cifra de mujeres empleadas sea de mil 270 millones y que la de los hombres con un empleo alcance los dos mil 19 millones. Sólo el 43.2 por ciento de las mujeres que en todo el mundo tienen edad para trabajar estarán empleadas en 2021, frente al 68.6 por ciento de los hombres en la misma situación. En otras palabras, en 2021 las mujeres todavía tendrán 25.4 puntos porcentuales menos de probabilidad de tener un empleo que los hombres”, subraya el estudio.
La región más golpeada
El estudio que abarca todas las regiones del orbe destaca que en el continente de América el empleo descendió para las mujeres 9.4 por ciento; en contraste, África sólo fue de 1.9 por ciento en la población femenina, frente al 0.1 por ciento en el caso del sector masculino. Entre 2019 y 2020, los puestos de trabajo para las mujeres cayeron 9.4 por ciento, frente al siete por ciento que representó la pérdida de empleo en el caso de los hombres.
El análisis observa que “la caída del empleo de las mujeres perturbó el progreso observado en los últimos 15 años, que fue debido a la mejora de las oportunidades educativas para las mujeres, al aumento de disponibilidad de empleos formales en el sector de los servicios, a la migración de zonas rurales a urbanas y al descenso de las tasas de fertilidad”.
La OIT estima que a nivel regional la ratio entre empleo y población este año será de solo el 46.8 por ciento en el caso de las mujeres, mientras que en el de los hombres alcanzará el 66.2 por ciento. Estas cifras dibujan unas perspectivas sombrías para las mujeres de la región y ponen de manifiesto que el crecimiento del empleo no es lo bastante intenso para recuperar los niveles previos a la pandemia”, subrayó.
Políticas en apoyo a las mujeres
El estudio de la OIT destaca que dado que la parte del empleo que se ha perdido debido a la pandemia es mayor en el caso de las mujeres, “se necesitan esfuerzos políticos extraordinarios” para garantizar que estas vuelvan al mercado de laboral con “oportunidades de trabajo decente”.
Asimismo, advierte que “si no se da prioridad a este objetivo, se corre el riesgo de que las mujeres se queden atrás en los esfuerzos de recuperación, exacerbando aún más las desigualdades de género existentes en términos de acceso al empleo y calidad del mismo”.
La OIT propone apuntar a la igualdad de género en el centro de las estrategias de recuperación al tiempo que hace una serie de recomendaciones entre las que destaca que es necesario invertir en la economía del cuidado porque los sectores de la salud, la asistencia social y la educación son importantes generadores de empleo, especialmente para las mujeres, y también porque las políticas de permisos para el cuidado y las fórmulas de trabajo flexible pueden fomentar una división más uniforme del trabajo en el hogar entre mujeres y hombres.
También señala que debe trabajarse por el acceso universal a una protección social integral, adecuada y sostenible para todos, con el fin de reducir la brecha de género actual en la cobertura de la protección social.
El organismo también resalta la importancia de promover la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor.
Además, considera necesario incrementar los esfuerzos para erradicar la violencia y el acoso del mundo del trabajo, no sin antes observar que la violencia doméstica y el acoso por razón de género relacionados con el trabajo han empeorado con la pandemia y han socavado aún más la capacidad de las mujeres para participar en el empleo remunerado.
Finalmente, indica que es necesario promover una mayor participación de las mujeres en los órganos de decisión, el diálogo social y las instituciones de los interlocutores sociales.
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