¿Qué hubieran hecho ustedes”?, preguntó el presidente, en fallido intento de plantear un callejón sin salida. Él, su gabinete, su partido y voceros suyos presentaron con grandes errores el anuncio del aumento de las gasolinas, y, lo peor de todo, fallan en sus intentos de justificarlo. Resultado: un enojo, una furia popular cada vez mayores: a la gente no le gusta que los tomen por tontos y darles “atole con el dedo”.
Lo peor de ese peor, ha sido un falso dilema de escoger entre aceptar el aumento de combustibles o sufrir recortes hasta totales en los programas sociales. No es la primera vez que los priistas lo intentan. Hace ya algunos años, y en plena crisis nacional, la oposición en el Congreso federal solicitó al gobierno reducción de gastos. El entonces Secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz Martínez, presentó el mismo sofisma: si se recortaba el gasto se afectarían los programas sociales. Mintió, por supuesto, pues el propio gobierno se vio obligado a recortar dos veces su presupuesto… y no afectó los programas sociales.
Las respuestas al Presidente fueron muchas y de diversas fuentes y personas. Mucho se puede hacer, pero recortando gastos en otros renglones, como en comunicación social presidencial. Algunas son lógicas, otras no, algunas significativas y otras no. La oferta de Peña Nieto de recortar salarios de funcionarios es solamente de imagen, pues el monto no es significativo.
Otro intento hizo Peña Nieto con una forma de pacto, preparado por su gobierno para ser firmado por las organizaciones importantes del país. Nuevo error. El mismo que hizo Miguel de la Madrid cuando en gran secreto, pero con participación de la cúpula empresarial, preparó e hizo firmar un pacto alejado de la sociedad. En este caso de 2017 algo le salió mal a Peña Nieto: COPARMEX, con justas razones, se negó a firmar, y al día siguiente presentó su propia iniciativa, mucho más razonable e invitando a todos a discutirla.
Los alegatos oficiales a favor del gasolinazo (que esta vez sí lo es, no como en los mini-aumentos de Felipe Calderón), son insostenibles. Un gobierno siempre tendrá margen de maniobra en sus gastos, afectando lo menos posible a la población. Alegan el aumento del precio del petróleo, pero México lo exporta y también recibe por ello más dinero. Podrían compensarlo. El quid está en el IEPS y el resultante IVA (impuesto sobre impuesto) que el PAN pidió reducir.
Las causas del desproporcionado malestar popular son conocidas, es como una gota que derrama el vaso de todas las fallas y corrupción, de la pésima administración fiscal federal y la política partidista. Pero lo pagarán en las próximas elecciones y al parecer, esto no lo midieron bien.
comentarios@yoinfluyo.com
@siredingv
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com