¿Por qué? Porque, aunque se envíe de buena voluntad, se recibe demasiada intrascendencia en los grupos y cuentas de WhatsApp, y en cuentas de correos electrónicos… y en Facebook, y en Twitter…
Así que acostumbremos reflexionar y preguntémonos: lo que estoy por enviar… ¿es útil de verdad, es trascendente, es de valor, es oportuno, o es simple material que no aporta nada?
Lo sensacionalista, lo que alarma, lo que asusta, lo que hace enojar… y que quiero enviar o reenviar ¿aporta realmente algo a mis “contactos” o grupos? ¿He verificado que sea cierto, o solamente me atengo a haberlo recibido de “fuente confiable”?
Estamos llenos de falsas noticias, de intrascendencias o banalidades recibidas de “fuentes de confianza”. Pero no las pasemos adelante sin reflexionar y, en su caso, verificar, sobre todo las “noticias” alarmistas y los chismes sensacionales. Limitemos pues lo comunicado a lo que realmente aporta algo útil, valioso a nuestros amigos, y es oportuno. Hasta en lo divertido hay de todo, bueno, mediocre y malo.
Ya muchos estamos hartos de que esté sonando el celular para encontrarnos con muchos mensajes que no nos sirven para nada, y sólo algunos que sí valen la pena, que son oportunos. La gente se molesta porque “no soltamos el celular”, y en mucho es por estas banalidades que se reciben a cada rato, que tenemos que revisar antes de volver a cerrar el teléfono, sobre todo videos. Y es muy incómodo decirle a nuestros contactos: “¡ya no me envíes estas cosas, por favooor!”
La buena voluntad de enviar mensajes es aceptable sólo cuando es reflexiva.
@siredingv
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