En México, actualmente el Poder Ejecutivo se está constituyendo en un monopolio de la autoridad, que va minando la independencia de los otros poderes para aumentar el número de ciudadanos dependientes del Estado.
Los monopolios representan en general una concentración de poder no solamente económico, sino que abarcan también otros ámbitos que no se analizan con profundidad, pero que pueden llegar a ser inclusive de efectos más graves que las mismas consecuencias económicas, por ello la sociedad busca defenderse de esos perjuicios mediante instituciones nacionales e internacionales, que desafortunadamente no funcionan con la eficiencia que deberían y que han permitido la creación de muchas empresas cuyo poder les permite imponer sus condiciones en muchos mercados nacionales y muchas veces inclusive mundiales.
Los partidos socialistas presentan al Estado como un ente perfecto al servicio de los intereses del llamado pueblo, y por lo tanto todo lo que emana de él, ya sean instituciones, servicios, o empresas, aunque sean monopolios, se presentan como ideales para el beneficio popular, y por ser del Estado casi nunca hay defensa contra ellos. Aunque en la práctica, con algunas excepciones, resultan instituciones o empresas altamente burocráticas, muy poco eficientes, y en ocasiones absolutamente inoperantes, que además como son frutos de un poder centralizado se mantienen a costa de ese pueblo al que supuestamente iban a beneficiar, como lo hemos padecido con Pemex o la CFE.
En México, en el que hemos tenido gobiernos de todo tipo, hemos pasado etapas de alta concentración de empresas en manos del gobierno, recordemos al menos los tiempos del presidente Luis Echeverría, que le dio por nacionalizar todo lo que estaba a su alcance, causando un colapso económico impresionante. Pero parece que a los mexicanos la memoria es algo que no nos funciona bien, o que el interés por conocer nuestras propias experiencias es muy poco, y hoy que estamos viviendo una tendencia de concentración estatal, no solamente de la economía sino de todas las instituciones que se han ido creando con una autonomía bastante real, y que el monopolio del poder pretende ahora dominar o eliminar, muchos permanecen en el desconocimiento de la realidad o en la indiferencia.
Pero hay otras cosas que también han resultado extremadamente graves, y aquí hay que decirlo que también ha sucedido en los Estados llamados capitalistas, como lo ha sido el monopolio educativo, que en no pocos casos ha sido utilizado en el fondo más que para impartir conocimientos a los educandos, para tratar de inducir en ellos una manera de pensar acorde al gobierno en turno, para facilitar de esa manera su permanencia en el poder, y esto es de manera más acentuada, y en ocasiones extremadamente grave en los estados autoritarios, en los que se pretende clasificar prácticamente a todos los actores del pasado y del presente en patriotas o traidores, siendo desde luego los primeros los que van de acuerdo al grupo o a la persona que ostenta el poder y los segundos a los críticos de los mismos. Esto es extremadamente grave porque no en pocas ocasiones desemboca en sistemas totalitarios o en la dictadura de un personaje.
Hoy estamos viviendo un caso de este tipo en donde claramente el Poder Ejecutivo se está constituyendo en un monopolio de la autoridad, que va minando la independencia de los otros poderes, de la libertad económica, para ir haciendo cada vez a mayor número de ciudadanos dependientes del Estado, en donde todo pensamiento, análisis o juicios no favorables a la gestión gubernamental son considerados antipatrióticos.
Este sencillo análisis nos permite considerar que en general los monopolios estatales, pero no solamente en cuanto a las empresas, sino aún más en cuanto a las instituciones y a las libertades, nos obliga a actuar en contra de la concentración del poder para poder conservar la democracia, que sin ser un sistema perfecto de gobierno y de convivencia social, es al menos el que por el momento nos permite tener más posibilidades de proponer y encontrar soluciones que nos permitan llegar a ser algún día un país con perspectivas de libertad, desarrollo, seguridad y oportunidades.
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