La película El Padre tiene una excelente calidad tanto por la actuación del gran actor Anthony Hopkins como por el mensaje que da el argumento.
El domingo 25 de abril se llevó a cabo la 93 entrega de los Premios Óscar, ceremonia que tuvo la audiencia televisiva más baja en toda su historia.
Dicha ceremonia fue vista en los Estados Unidos por cerca de 10 millones de personas, lo que significa una caída de cerca del 60 por ciento de los casi 24 millones que sintonizaron el año pasado.
Una vez que se dio a conocer los nombres de los ganadores en las diversas facetas, no hubo mayores sorpresas cuando se anunció que el Óscar concedido al mejor actor favorecía a Anthony Hopkins por su actuación en El Padre, película que trata acerca de las tribulaciones que padece un anciano enfermo de Alzheimer.
Tuvimos oportunidad de ver la película y realmente podemos calificar de magistral la actuación de un Anthony Hopkins cuya edad rebasa ya los 83 años.
Sin perder un solo instante de la película, por momentos, casi pasamos a ocupar el lugar del protagonista al confundir personas, situaciones y diálogos.
Trata el film acerca de un anciano que vive en un triste y sombrío departamento londinense y que solamente tiene por compañía la de su hija, quien, buscando rehacer su vida, pronto marchará dejando a su padre en un asilo.
De tremendo impacto aquella escena en la cual el marido o pareja de su hija desafía al pobre viejo llegando al extremo de propinarle unas cuantas bofetadas.
Tanto en tan dramática escena como durante el resto de la trama, Anthony Hopkins borda su papel haciendo que comprendamos mejor la tristeza que aflige a quienes -por quedarse solos y perder la memoria- están condenados a vivir sumergidos en el mundo de las sombras.
Considerando que el criterio para calificar la calidad de una obra es que se dé un equilibrio entre fondo y forma, en el caso de El Padre, tanto por la actuación de un gran actor como por el mensaje que da el argumento, sacamos por conclusión que la película es de una calidad excelente.
Así pues, magnífica la decisión de la Academia de Hollywood al concederle al veterano actor Anthony Hopkins el Óscar por mejor actuación.
Un actor de nacionalidad británica lo cual ya lo explica todo puesto que Inglaterra le ha dado al mundo grandes actores que se formaron empezando en el teatro para luego destacar en el mundo del Séptimo Arte.
No olvidemos que uno de los actores británicos de mayor renombre fue Richard Burton.
Hemos visto varias películas en las cuales Anthony Hopkins ha desempeñado el papel principal y en todas ellas su actuación ha sido la de un reconocido maestro.
¿Quién no recuerda cuando interpretó a Hannibal, aquel refinado caníbal que era un hombre culto, que vivía en las grandes ciudades y que -con una fineza que ocultaba su frialdad- sacrificaba a seres humanos para luego comérselos?
¿Y quién no lo recuerda interpretando a Richard Nixon, un político todopoderoso en apariencia pero que -atado de pies y manos- dependía de las fuerzas ocultas que controlan el Sistema?
Anthony Hopkins, un actor fuera de serie, todo un maestro que ha pasado ya a la Historia y cuya última película, El Padre, nadie debe perderse puesto que -aparte de deleitarnos con una actuación fuera de serie- nos ofrece valiosas enseñanzas que invitan a la superación personal.
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