Perder de vista el mediano y el largo plazo, es olvidar que el ser del panismo es “brega de eternidad”, como está sucediendo en la actual crisis del PAN. El CEN del partido está actuando y declarando al calor de la furia y la desesperación, y eso es precisamente contrario al llamado “oficio político”, que llama a la paciencia para actuar con sagacidad.
Las causas son conocidas, el caso de los senadores “rebeldes” y la renuncia de Margarita al partido, que arrastró tras ella un gran número de apoyos de panistas “de verdad”. En los dos casos la cúpula panista ha actuado digamos, muy desafortunadamente, creando más problemas que soluciones.
En ambos casos, no solamente ha actuado sin estrategia reflexionada el CEN, sino que ha caído en algo que no habíamos visto: guerra sucia oficial contra los rebeldes en el Senado y contra la señora Zavala y sus seguidores. Veamos.
El caso de los senadores traidores/rebeldes
La actitud del senador Cordero y quienes le apoyan, no es de fácil explicación sin estudiar los hechos con cabeza fría. Cordero da una explicación coherente si todo lo que dijo es verdad, y me refiero a que el coordinador panista, que deseaba ver presidido el Senado por dos senadoras panistas, seis meses cada una, no las había registrado para la votación. Esto es fácil de verificar, pero no veo que se haya hecho. De paso, el coordinador Herrera no lo desmintió ni probó que mentía.
Pero la furia de la cúpula panista en el Senado y en su CEN, se echó encima de los senadores, en especial de Cordero, llamándoles traidores. Traidores porque, afirmaron, se habían puesto de parte del PRI para aprobar el famoso “pase automático” del procurador a fiscal, Raúl Cervantes. Pero ellos por escrito lo negaron y, efectivamente, nunca apoyaron ese pase automático, y están contra el #fiscalcarnal. De esta forma, el CEN ha quedado en entredicho, pues las acusaciones de colaboración con el PRI no se dieron: guerra sucia, o fuego amigo.
Hasta ahora los tales senadores, rebeldes según ellos, traidores según quienes están en su contra, no han hecho nada, absolutamente nada a favor del PRI, como se les ha acusado, si lo hacen luego, lo veremos. Lo que aquellos han manifestado, es una actitud rebelde en contra del presidente panista Ricardo Anaya. Por su parte, el CEN ha iniciado, dicen, un proceso de expulsión, que no va a prosperar, y lo único logrado de todo esto es malestar y división dentro del panismo. Mal, muy mal.
¿Y con Margarita, qué?
El otro caso lo conocemos bien, el de Margarita Zavala y sus seguidores. Leyendo correctamente la estrategia de Ricardo Anaya, de ganar tiempo a su favor, para mantenerse en la presidencia del partido, utilizando todos los medios posibles del mismo para promoción personal, innegable. Margarita, como muchos otros, lo que pedía a Anaya era que se definiera, nada más y actuara en consecuencia. Puesta por el calendario contra la pared, Margarita renuncia al PAN para “irse por la libre”.
Muchos panistas de corazón, considerando que Margarita tomaba el camino único para aprovechar su popularidad, vistas las encuestas (con todo y sus errores), la han apoyado abiertamente, o al menos le han manifestado su simpatía y solidaridad, es todo. Pero el CEN reaccionó mal, muy mal, por dos razones.
Primero, el CEN amenazó con algo inexistente a quienes la apoyan, una “expulsión automática”, presuntamente conforme a los Estatutos del partido. Pero ésta no existe en los Estatutos. La verdad, el CEN mintió, no hay manera de decirlo de otra forma ni de negarlo. Grave, muy grave.
Pero hay algo peor, y es de nuevo guerra sucia del CEN contra Margarita y sus seguidores, y es hacer entender a la ciudadanía y los medios, que se trataba de una acción a favor del PRI. Fueron más o menos cuidadosos, pero el mensaje era y sigue siendo claro: Margarita está haciéndole conscientemente el juego al “partidazo”. Guerra sucia, fuego nada amistoso. Por esta razón, mucha gente dentro y fuera del PAN se ha tragado esto y dice que Zavala está con el PRI, en particular con Salinas de Gortari. Mal, muy mal.
Recomendaciones de la mejor buena fe al CEN
El CEN debe actuar con oficio político y esperar que pase la tormenta, antes de que la convierta en huracán, con grandes daños al propio PAN. Dejar de amenazar, con lo cual no se gana nada, pues no llevará a cabo esa falsísima amenaza de “expulsión automática”. La cúpula panista y la militancia enojada, deben volver a pensar y reflexionar con criterio de brega de eternidad, mirar más allá del horizonte cercano, con la cabeza fría, y saber que es cuestión de unos meses (nada en la larga vida del panismo).
Quienes como panistas apoyan a Zavala, están en un entredicho pasajero, y a mediados del 2018 estarán actuando en el PAN como siempre (si es que lo han hecho o solamente están en el padrón). El apoyo a Zavala es de muy corto plazo, por ahora ayudarle a su registro en el INE. Tras la elección, Margarita gobernaría con Acción Nacional o se iría a su casa. La prudencia aconseja no represalias.
La buena estrategia del CEN debe ser de sagacidad, dejando de guerrear contra los seguidores de Zavala y no perder gente muy valiosa para el futuro de Acción Nacional. Hay un hueco importante en la actual estrategia, pues claramente se ve dirigida contra Margarita. En la elección del Edomex, algunos panistas públicamente apoyaron a Delfina dizque como voto útil, y no se les ha iniciado proceso conforme al Reglamento de Aplicación de Sanciones, que sí lo contempla. ¿Por qué no sucede? Ni siquiera se ha mencionado por el CEN, ni los amenazó ni les ha impuesto ejemplar castigo.
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