Con el paso de los años, el Estado se ha venido sintiendo dueño también de las cuestiones que supuestamente eran de la competencia exclusiva de la Iglesia, como la parte moral e inclusive espiritual de los pueblos.
El laicismo fue una corriente de pensamiento para impulsar la separación de la Iglesia y el Estado, con la finalidad de que en las cuestiones de la política y el gobierno, se tuviera una completa independencia sobre cualquier tipo de pensamiento religioso, pero al mismo tiempo se respetara la libertad de creencia.
Esta corriente de pensamiento hoy tan generalizada fue impulsada por un pequeño grupo de intelectuales principalmente durante la Revolución Francesa, porque a la mayoría del pueblo en ese entonces mayormente religioso no le interesaba este tema.
Desde el punto de vista teórico, podríamos decir que era una buena solución que podía beneficiar a ambas partes, para que también la Iglesia pudiera concentrarse más en su labor de evangelización, sin descuidar todas aquellas obras sociales de las que se encargaba, como eran: la educación, la asistencia social y la salud mediante muchos hospitales que eran sostenidos por la Iglesia y algunas órdenes religiosas.
Sin embargo en la práctica, resultó esta medida en una auténtica guerra contra la Iglesia, buscando desde luego el Estado además de tener control sobre todo lo que la Iglesia operaba en el orden social, lanzarse después sobre todas sus posesiones con el pretexto de que habían sido obtenidos mediante el engaño, y que serían utilizadas para el bienestar del pueblo, sin que realmente nunca el pueblo se haya beneficiado de estas expropiaciones.
Pero el tiempo ha avanzado, y poco a poco el Estado se ha venido sintiendo dueño también de las cuestiones que supuestamente eran de la competencia exclusiva de la Iglesia, como la parte moral, e inclusive espiritual de los pueblos, y lo que antes se consideraba dogmático religioso, con el tiempo se ha venido a convertir en algo dogmático legal, pues ahora el Estado legisla sobre cuestiones tan delicadas como la cuestión moral del aborto, de la sexualidad, de la constitución de las familias, y otros muchos puntos, que en realidad corresponden más que nada al índole moral y espiritual, y el Estado cada vez dicta leyes más controladoras para que solamente sus puntos de vista sean los que la sociedad debe seguir, e inclusive hay propuestas que van más allá y son un atentado a la libertad, y se pretende criminalizar a quien enseñe o piense diferente a lo que se establecen ciertas leyes, es decir el Estado es ahora un ente sagrado, y por lo tanto sus normas deben ser acatadas como lo eran antes las que dictaba la Iglesia en el nombre de Dios.
Creo que es muy importante que los ciudadanos no perdamos de vista esta situación, porque ciertos partidos pretenden imponer condiciones que van contra la libertad de educación de los padres hacia sus hijos, y de la enseñanza de la Iglesia sobre cuestiones Morales trascendentales, así que cuando hagamos que hacer un análisis para votar en las próximas elecciones, no solamente debemos considerar cuestiones de índole político, económico, o comercial, porque a final de cuentas lo que hace que una sociedad progrese y sea libre es la integridad de sus principios morales, y estos deben ser defendidos por todos los ciudadanos de buena voluntad, religiosos o no, pero con un sentido de que hay valores trascendentes que no cambian, y una ética que rige siempre la conciencia del hombre independientemente del paso del tiempo.
Es por ello que hoy más que nunca debemos estar atentos también a estas cuestiones y no dejarnos abrumar solamente por la difícil situación económica que estamos viviendo y trabajar contra la tendencia del actual gobierno a instaurar un estado totalmente controlador.
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