Tomas Trueba deja el PAN

Acción Nacional: ¿por qué se van los buenos?

Panista intachable y muy meritorio, el doctor Tomás Trueba, tras mucho meditarlo, acaba de renunciar al PAN. ¿Qué nos pone a pensar está acción, que lamentablemente no es solitaria?


 


Como en cualquier partido político, hay defecciones por diversas razones. Una clásica es que me voy porque no me hicieron candidato… ¡y me tocaba! Otras razones son porque realmente nunca hubo identidad partidista, o porque no me hicieron caso, o me hicieron enojar, y más… Difícilmente dan pena quienes renuncian por ese tipo de razones, pero hay otras renuncias que sí preocupan o entristecen.

Estas últimas son las de los buenos partidarios, personas que se han distinguido por la persecución del bien común, los principios de doctrina y las buenas acciones “Por una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos”. Y esto no es algo nuevo, viene de decenios atrás. Incluyamos a distinguidos panistas como González Torres, Calderón Vega, Castillo Peraza o Sada Zambrano.

Otros panistas de los “buenos”, como Fernando Canales, no renuncian, pero se alejan de la actividad partidaria. “Los héroes están cansados”, se dice. Algunos militantes “de a pie”, frustrados por los rumbos de su partido, empiezan a pensar por quiénes votarán en las siguientes elecciones, pensando que su partido está en vías de nulificarse, tanto por lo que hace como por lo que deja de hacer. 

Y la lista de renunciantes o alejados puede ser muy larga a través de varias épocas de la vida del panismo. ¿Qué razones han dado para dejar al partido de sus amores? En general, indignación, enojo, hartazgo… ¿de qué? Del actuar de las dirigencias partidarias en ese momento, visto como alejado o contrario a los objetivos del bien común de Acción Nacional, de eso se hartan.

Carlos Castillo Peraza dio sus buenas razones para dejar de ser miembro activo del PAN, pero siguiendo siendo panista en el corazón de por vida. Otros no lo han explicado tan bien, pero renunciados o alejados, dejan testimonio de ser siempre azules, panistas de corazón, y apoyar las buenas acciones del partido.

Lamentablemente, el PAN demuestra, fácilmente y at nauseam, que hay muchos, ¡demasiados! oportunistas en sus cuadros de mando. La persecución de los intereses personales y de grupo quedan a la vista de todos, militantes, analistas y sociedad en general. Son inocultables e innegables. En muchos casos, también demasiados, se toman posiciones y decisiones que desagradan a la militancia porque no están a favor del bien común, como la reiterada falta de democracia interna y de debate. Y esto no sólo destruye la dignidad del partido, sino que le hace perder valor electoral y de imagen en general.

Claro que lo ideal es que quienes no están de acuerdo en cómo se llevan las riendas del panismo, a cualquier nivel de sus comités directivos, se queden a luchar por recomponer al partido conforme fue fundado y actuó por décadas. Pero no todas las personas están dispuestas a quedarse. El mensaje a quienes avisan que se quieren ir por profundo desánimo, es “¡no te vayas, desde adentro podrás hacer algo, desde fuera no! ” Pero convencerlos no es nada fácil, cuando la renuncia es producto no de un malestar momentáneo, sino de larga consideración. 

Estas renuncias pueden alegrar a quienes no quieren a esos buenos panistas apegados a la doctrina y con enorme currículum de trabajo intenso por los objetivos del PAN, les estorban. Y esto es un grave error de cálculo, pues con esas renuncias, el partido pierde cara ¡y votos! mermando las posibilidades de obtener los beneficios a su personal o grupal favor que dan las posiciones de poder ejecutivo y legislativo.

Lo que las dirigencias panistas, las buenas y las oportunistas deben hacer, es tomar las debidas acciones para enderezar los rumbos del partido, aunque sea por el propio interés, y no el propio de México a través de Acción Nacional.

Lo que los “buenos” militantes deben hacer, es no descobijar a quienes por desesperación renuncian, sino buscar su apoyo desde fuera a lo que el propio PAN también sigue haciendo de bien al país. “No te vayas muy lejos, quédate en el corazón cerca de quienes seguimos luchando contracorriente dentro del panismo”, debe ser el mensaje a quienes han renunciado o alejado.

Y los renunciantes y los que sólo se fueron a casa con todo y su militancia, que sigan cerca y esperando el momento oportuno de volver a tomar las armas que tiene el PAN, esas que Gómez Morín definió como las mejores, las de las ideas. Que apoyen en lo posible, hasta el simple animar, a quienes siguen dentro del PAN para que siga en la brega de eternidad por el bien común.

Tomás Trueba, compañero de lides… un gran abrazo… ya volverás.

 

 

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