La violencia política en México ha contabilizado hasta este mes de marzo 90 incidentes con 108 víctimas, de las cuales 75 fueron mortales y el resto resultaron heridos.
Parece que, en efecto, la pandemia ha caído “como anillo al dedo” al partido-gobierno. Estoy convencida que todavía no hemos caído en la cuenta de cuál es la gravedad de la crisis en todos los órdenes. Además, está el propio proceso electoral que, dentro de pocos días, entrará en la etapa de campaña y que ya está marcado por condiciones inequitativas, inusuales e inestables que generan una enorme desconfianza. Todo esto al margen de la pandemia. Dentro de ella, podemos hablar de la vacuna y la manera cruel con la que se ha utilizado esta para fines políticos; podemos hablar de la influencia ilegal de los Servidores de la Nación; del Instituto Nacional Electoral y sus presiones y claudicaciones; o del Tribunal Electoral y su presidente que sirve, como ha quedado demostrado, a los peores intereses. Todo ello hace que quizás no hallamos caído en la cuenta de los altísimos niveles de violencia política en la que está sumergido el proceso electoral (incluyo la negación del registro a México Libre).
La violencia política en México tiene muchos rostros. Integralia ha sacado un documento denominado “Violencia Política en México” del que se desprende que, desde que empezó el proceso electoral –septiembre del 2020– hasta este mes de marzo, se contabilizaron “90 incidentes de violencia política con 108 víctimas, de las cuales 75 fueron mortales y el resto resultaron heridos”. En estos números todavía no está incluida la valiente oaxaqueña, Ivonne Gallegos.
Tuve el honor de conocer a Ivonne en su campaña como candidata independiente a la presidencia municipal de Ocotlán de Morelos en Oaxaca. Vi a una mujer con personalidad, que perseguía el sueño de convertirse en la primera alcaldesa. Conocí a una mujer que desafiaba el poder de los partidos y de los poderosos. Por eso le sugerí a un grupo de jóvenes que acompañaran a Ivonne al final de su campaña del 2018. Estos jóvenes regresaron inspirados por esta gran mujer. La figura de la candidatura independiente genera una condición de desventaja que es muy difícil superar. Sin embargo, en el caso de Ivonne, la diferencia con el primer lugar fue apenas arriba de trescientos votos.
Para este proceso electoral, Ivonne era candidata externa por la alianza “Va por México” a la presidencia municipal de Ocotlán de Morelos. Habría sido la primera mujer en ocupar ese cargo. Sabíamos que iba a ganar –también lo sabían sus enemigos– por eso fue objeto de intimidaciones que fue denunciando hasta que el propio viernes 19 de marzo presentó una denuncia formal porque estaba sufriendo violencia política.
Ivonne Gallegos habría sido la primera presidenta municipal de Ocotlán de Morelos, pero fue asesinada. En plena luz del día, mientras ella iba en su coche, se “le emparejó” otro coche y la balacearon con ira hasta estar seguros de que moriría. Mi solidaridad es con su hijo de 10 años, con su hermana y sus suegros y también con Eufrosina Cruz, quien fue su gran amiga e inspiración, como lo es para muchas mujeres que la seguimos. Además de mi expresión de solidaridad, me sumo a la petición para que se investigue este cruel asesinato y que sea indagado como un feminicidio.
Por relación de hechos es inevitable recordar el supuesto accidente del domingo 13 de marzo pasado, en el que falleció Leonel Luna, candidato a diputado federal por la alianza Va por México y exalcalde de Álvaro Obregón. En su cuenta de Twitter, el exprocurador Morales Lechuga mostró una foto del carro de Leonel Luna y sólo señaló la posibilidad de que no se tratara de un accidente. Por esa razón, muchos ciudadanos y ciudadanas pidieron algo elemental: que se investigaran los hechos. Pero el régimen autoritario se ha puesto una vez más en marcha y ha promovido un ambiente de polarización generando avalanchas de mensajes contra cualquier persona que pidiera una investigación. Parece que la búsqueda de la verdad es lo que más molesta al régimen actual.
En fin, grandes y pequeños, pero siempre presentes los actos de violencia política que permean y se apoderan del proceso electoral. Todo ello hace que nos demos cuenta de una cosa: el único acto digno, obligado y valiente de heroísmo ciudadano es votar con la consciencia tranquila y la convicción de que nuestro país cuenta con nosotros.
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