La obesidad y el COVID-19 deberían ser una prioridad de salud pública, dada la alta prevalencia de esta condición en nuestro país.
En México, la obesidad es un grave problema de salud pública por ser un factor de riesgo para más de 20 condiciones crónicas como enfermedades cardiacas, diabetes, hipertensión, dislipidemia, apnea del sueño y ahora por COVID-19, señalaron especialistas en salud.
En el Día Mundial de la Obesidad, que se celebra este 4 de marzo, México tiene una de las tasas más altas de sobrepeso y obesidad de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con el 73 por ciento de población mexicana en riesgo. Además, 34 por ciento de las personas que viven con obesidad sufren obesidad mórbida que es el mayor grado de obesidad.
“La obesidad debe ser vista como una enfermedad seria, crónica y de largo plazo; las personas que viven con esta enfermedad tienen el doble de posibilidades de ser hospitalizados si la prueba es positiva para COVID-19”, comentó en conferencia de prensa el doctor Ricardo Luma, presidente de la Sociedad Mexicana de Obesidad (SMO).
Ricardo Luma dijo que la obesidad y el COVID-19 deberían ser una prioridad de salud pública, dada la alta prevalencia de esta condición en nuestro país. Tener un IMC de 30 o más aumenta el riesgo de que una persona desarrolle un caso grave de COVID-19 en un 27 por ciento; mientras que un IMC de 40, o más, duplica el riesgo.
“De acuerdo con nuestras proyecciones, las enfermedades relacionadas con el sobrepeso reducirán la esperanza de vida en México en más de cuatro años durante los próximo 30 años. Se trata de la mayor reducción proyectada entre los países de la OCDE. Pero lo más trágico es el crecimiento de la obesidad infantil, la cual se ha duplicado de 7.5 por ciento en 1996 a 15 por ciento en 2016. Se espera que la obesidad infantil aumente en un 60 por ciento en la próxima década y alcance los 250 millones en 2030 a nivel mundial”, señaló Donn Ryan, expresidenta de la World Obesity Federation.
Los especialistas en salud indican que el objetivo que se desea lograr con el Día Mundial de la Obesidad es romper estigmas, promover y apoyar enérgicamente el seguimiento, la vigilancia de la obesidad y el tratamiento farmacológico, así como la investigación innovadora sobre las causas y las estrategias óptimas para prevenir y tratar la obesidad seriamente.
“El COVID-19 ha expuesto el imperativo de abordar otros desafíos de salud global como la obesidad, una enfermedad que no recibe una priorización acorde con su prevalencia e impacto, aunque está aumentando más rápidamente en las economías emergentes; hay que recordar que es una puerta de entrada a muchas otras enfermedades, es momento de trabajar todos en conjunto para tomar acciones. Todos necesitamos de todos”, concluyeron los especialistas.
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