El programa de vacunación va tropiezo tras tropiezo, desde la información sobre la compra de las vacunas, los primeros pasos de su aplicación y la recopilación de la lista de los futuros beneficiarios en esta etapa.
Por primera vez, ahora que el presidente enfermó, enfatizó que su preocupación principal es la atención a la pandemia. Si bien, anteriormente abordó el tema, siempre fue con términos para minimizarla de manera despectiva o en un plano secundario.
Por su parte, el subsecretario Hugo López-Gatell ha utilizado todos los recursos para decir, desdecir, minimizar, advertir, descartar el uso del cubrebocas, aumentar o disminuir cifras, lo mismo invita al confinamiento que en las redes sociales aparece su foto en la playa, etc., etc., etc. Su discurso nos tiene confundidos a todos, sus palabras han perdido credibilidad y el resultado es que tiene confundida a la opinión pública.
Ahora se ha invitado a los adultos mayores de 60 años, a hacer fila virtual para ser vacunados. La idea es buena parcialmente, puesto que uno de los caminos es el registro en la página https://mivacuna.salud.gob.mx. El problema es que ha sido un tiro de salva o fallido, pues intento tras intento, cuando abre y se logra introducir la CURP y dar el siguiente paso se queda pasmada. Como era de suponer, ante el fiasco evidenciado en los medios de comunicación, la explicación fue que se había caído el sistema (¿les recuerda algo?) ante la numerosa demanda de solicitantes de ser vacunados.
¡Claro que iba a haber demanda!, pues a pesar de las campañas desorientadoras sobre la vacunación, ante la gravedad de la pandemia, lo lógico es que la gente con sentido común prefiera vacunarse a contagiarse y pasar por el triste calvario de quienes contraen gravemente la enfermedad y tras un largo y doloroso sufrimiento, muchas veces mueren. Y esto no sólo ocurre con los adultos mayores, pasa también con jóvenes y los otros adultos. El COVID-19 se parece a una ruleta rusa que dispara y no se sabe con cuanta fuerza saldrá la bala, o si es posible agacharse para que no nos llegue el proyectil.
Eso por lo que toca a la página electrónica del registro. Pero como bien sabemos, hay otro camino que es el ejército de los siervos o servidores de la nación, que realizarán el registro en las zonas rurales o donde no hay internet, a fin de que no quede rincón del país donde no llegue la protección a la salud y lograr, Dios quiera, poner fin a la pandemia en México y contribuir a que desaparezca en el orbe.
Pero de inmediato surgen los peros. Si esta segunda vía de registro es para las zonas donde no es posible acceder a internet. ¿Por qué hay servidores públicos de este grupo que están realizando llamadas telefónicas dizque para registrar a los adultos mayores? ¿Se trata de auténticos funcionarios o son miembros de Morena que están “colaborando” con el gobierno para acercarse a esa población y realizar campaña política con un programa gubernamental? ¿De dónde han obtenido los números telefónicos? Necesariamente aparece el “sospechosismo”.
Por otra parte, si bien es necesario cubrir la geografía de las zonas de alta y muy alta marginación, o del campo en general, de acuerdo con una encuesta reciente, se ha dicho que los simpatizantes con Morena se encuentran entre los adultos mayores y la población de más baja instrucción, aunque no faltan los jóvenes despistados a quienes les han lavado el cerebro en las universidades, que también lo apoyan. Se trata, pues, de reforzar la adherencia a quien es dadivoso repartiendo recursos y ahora quiere cobrar el favor. Eso es lo propio de un gobierno populista como el que tenemos y que heredó esa estrategia del PRI, aunque diga que no son como aquellos.
Lo que es claro, es que todo esto es posible por la carencia o mal diseño de políticas públicas claras y transparentes, con reglas que permitan auditar el desarrollo de los programas gubernamentales, su operación, su uso y sus resultados.
El programa de vacunación va tropiezo tras tropiezo, desde la información sobre la compra de las vacunas, los primeros pasos de su aplicación y la recopilación de la lista de los futuros beneficiarios en esta etapa, pues no sabe cómo se va a asignar el orden de la aplicación de las mismas. Por lo pronto se sabe que el llamado no será para los primeros, con lo que no aplicará aquello de primero en tiempo, primero en derecho. ¿Será por edades descendentes? ¿Será por orden alfabético? ¿O una mezcla de las dos cosas? ¡Vaya usted a saber!
Dios nos agarre confesados.
https://mivacuna.salud.gob.mx
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