Cuando se presentó el plan de vacunación en México, no se necesitaba mucho para saber que sería un problema, pues no se salvaría de la improvisación y la falta de memoria.
Cuando se presentó el “plan” de vacunación que se llevaría a cabo en México, esta ñora expresó sus dudas sobre la forma en la que se distribuiría la vacuna, y no se necesitaba mucho para saber que sería problemática. Y no es que esta ñora sea vidente; pero si hace dos años estábamos sin gasolina porque se les olvidó comprarla, perdón, que fue porque se actuó valientemente en contra del huachicol… pues la vacunación no tendría forma de salvarse de la improvisación y la falta de memoria.
La ñora que al contrario, tiene buena memoria, recuerda muy bien cuando Ebrard, ahora conocido como el graciasmilSlim, acabó su presentación del “plan” con el famoso “misión cumplida” y el si-repito-mil-veces-que-la-pandemia-esta-domada-un-día-le-voy-a-atinar sonrió complacido porque todo iba en orden: primero personal médico y luego por estaturas, perdón, por edades. (Esta ñora extraña las fiestas infantiles organizando la piñata).
A poco tiempo empezó, más bien, confirmó que la enfermedad que se padece de olvidar los eventos pasados se ha acelerado. Sí, la misma que padece Dory la de “Buscando a Nemo” que no recuerda nada de lo pasado unos momentos antes. Porque unas semanas después, resultó que había olvidado por completo el plan de la diapositiva y se dio un nuevo “plan” que incluía unas brigadas para escoltar las vacunas.
La ñora no pudo evitar relacionarlo con el modelo de trabajo que a veces tenemos en las familias, o sea, que se inspiró en las ñoras que usualmente barremos, trapeamos, cocinamos, planchamos y ponemos la lavadora bajo la mirada protectora de los ñores y los escuincles, perdón, las bendiciones; porque van a ir diez o doce personas, de las cuales trabajarán dos o tal vez cuatro.
La mente de Dory que nos gobierna contó que en las ñoriles brigadas de vacunación habrá seis personas que nomás van a vigilar a las otras que se ponen y que ponen la vacuna; dos miembros del ejército que esta ñora supone van a vigilar las vacunas y dos que sí van a vacunar. Los “vigilantes” que serán miembros de los Siervos de la Nación quizá también vayan armados con ñoriles chanclas para que no te convenzas así nomás de que bondad del gran jefe-Palacio-que-cuida-los-impuestos-de-todos-garanticen-una-mínima-cantidad-para-tenerte-rendido-a-sus-pies-en lugar-de-fomentar-la-economía-para-que-tú-te-ganes-un-sueldo entonces te pueden dar un guamazo para que lo recuerdes. Pero con el síndrome de Dory en Palacio a lo mejor les olvidó precisarlo. También se pueden unir dos voluntarios, así como de esos que no tienen nada que hacer y pues en lugar de irse a tomar un café o buscar empleo pues deciden unirse a las brigadas, así casual, como los gorrones de Chava Flores.
De lejos se ve que es un modelo eficientísimo si lo que quieres es que mientras se hacen las largas filas los “servidores” estén ofreciendo información de la bondad del gobierno del tengo-30-millones-a-mi-favor-y-por-eso-es-lógico-que-me-enoje-porque-tuiter-tiene-como-empleado-a-alguien-que-trabajó-alguna-vez-con-alguien-del-PAN.
Las brigadas que son mil, pero luego serán 10 mil… o 100 mil o ponga usted el número, total en Palacio ya no se acuerdan de lo que dijeron antes, empezaron su labor. Y ahí fue cuando nos enteramos que al cómo-cree-señor-Biden-que-no-quise felicitarlo-es-que-padezco-el-mal-de-Dory se le olvidó que las brigadas al inicio iban a ser heroicas y que iban a recorrer desinteresadamente el país haciendo el bien y dijo que sí se van a vacunar antes que nadie. ¡Faltaba más, sobraba menos! Incluso antes de que se termine de vacunar a los médicos o enfermeras, primero la nación de servidores, perdón, primero los servidores de la nación. La vacunación por supuesto, incluye a los voluntarios.
Esta ñora casi escupe el café cuando oyó esa declaración en el radio. Como el pecho de esta ñora no es bodega debe admitir que sí pensó en cómo enrolar al ñor en que sea voluntario porque últimamente ha estado ganando peso y dicen que la obesidad hace peor todo. O sea, es que sería doble beneficio que reciba la vacuna y el ejercicio que haría recorriendo el país heroicamente siendo testigo de la vacunación.
Pero el ñor se indignó de estos planes porque un amigo suyo de la prepa que es médico le contó su experiencia de cuando le tocó la vacuna. Resulta que los médicos en la Ciudad de México tienen que ir a las instalaciones militares a ser vacunados (o sea, la vacuna no va a Mahoma, Mahoma debe ir a la vacuna). Los llevan o llegan allá, el ñor no tuvo la curiosidad de preguntar cómo. La cosa es que están ahí formaditos por horas mientras los servidores de la nación toman fotitos y hacen entrevistas donde buscan los valiosos y espontáneos testimonios de los médicos agradeciendo al gran tlatoani su magnanimidad al concederles el inmerecido honor de ser vacunados. Ojalá fuera broma o invento de la ñora, sí es así está sucediendo.
El ñor dijo que eso de andar sonsacando gente o amenazándola o dándole dinero a cambio de su voto pues no va con él y no debería ir con nadie. La verdad tiene razón, y esta ñora ya sólo espera que a los que reciban el tratamiento intensivo de adoctrinamiento mientras están en las largas filas también se le pegue la enfermedad de Dory y lo olviden cuando estén en la casilla para votar. Espera que sí recuerden que el futuro de México no funcionará si no hay contrapesos, si todo depende una sola persona que además es capaz de olvidar todo como Dory, incluso que ya ganó la presidencia, y que andar en campaña ya quedó atrás y es momento de gobernar para todos.
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