Las causas que hicieron emerger un Trump siguen ahí, pero el deseo de diversificación empresarial incentivará la búsqueda de sectores y escalas en las que se sientan cómodos con la regulación y la relación.
Sospecho que quienes por 4 años simpatizaron con el estilo y métodos del presidente saliente Donald Trump no tienen idea del grado de deterioro de la imagen de su país en el exterior y sus efectos en el terreno de las decisiones empresariales.
Dueños y directivos de compañías en distintas latitudes aprovecharon los beneficios directos e indirectos de sus decisiones fiscales, se enseñaron a gestionar la incertidumbre derivada de sus poco refinados tweets y, en privado, refutaban el estilo altanero y denostativo que afloraba un día sí y otro también con destinatarios que no excluían aliados o socios estratégicos.
En el mundo de los negocios imperó la cautela y se multiplicaron los esfuerzos, no siempre bien logrados, de diversificación. El pragmatismo se impuso. Lo que se necesitaba de Estados Unidos se hizo y nada más.
Joe Biden tiene las condiciones idóneas para poner de moda a su país en México y en el mundo. Aquí 3 razones para la reflexión directiva:
1) El atractivo de un país es siempre relativo a lo que otros hacen. – Cuando en una jurisdicción el discurso oficial hacia la empresa privada se torna negativo, provoca efectos reales.
Estados Unidos incrementará la recepción de inversión en distintas escalas en el minuto que la animosidad cotidiana deje de ser el mensaje primario que emerja de la Casa Blanca y se enfoquen en recordarle al mundo que son el país donde la iniciativa privada crea riqueza para propios y extraños.
2) El capital privado fluye a donde se siente cómodo. – Sin ingenuidad, el mundo sabe que las causas que hicieron emerger un Trump siguen ahí, pero el deseo de diversificación empresarial incentivará la búsqueda de sectores y escalas en las que se sientan cómodos con la regulación y la relación riesgo-beneficio.
El capital vota con sus inversiones. Fluye a donde se siente bienvenido y se sale de donde se siente amenazado.
3) Las ciudades emblemáticas de EUA volverán a ser los primeros destinos internacionales de muchos. – Si bien, el turismo transfronterizo está en mínimos recientes por la pandemia, en el momento en que se sientan bienvenidos de nuevo, millares de familias empresarias incrementarán su frecuencia de viajes a ese país.
Nunca se deben subestimar los viajes entre países que son socios comerciales. El atractivo para nuevas inversiones parte de conocer nuevos destinos.
No será obra de la casualidad, sino de la causalidad, que a lo largo de este año veamos anuncios de distintos productos inmobiliarios en Florida o Texas en cada consulta de internet. Que escuchamos que un conocido acaba de comprar un nuevo plan vacacional en alguna cadena hotelera en California o Colorado. Que conozcamos a alguien que decidió invertir en una segunda o tercera propiedad en algún desarrollo nuevo en Arizona o Atlanta.
Y es que todo está puesto para que cuando Joe Biden salga a hablarle con respeto al mundo, muchos empresarios conviertan a su país en un destino prioritario.
Y sí, a lo largo de todo el 2021, Estados Unidos estará de moda.
Y los restaurantes deben abrir ya…
No pasan muchas horas para que el acto de comer algo se convierta en una necesidad para quien tiene que salir a atender un asunto fuera de casa o para quien debe asistir a su respectivo lugar de trabajo.
Con limitaciones de ocupación y con estrictos controles de limpieza, los restaurantes del área metropolitana deben de poder abrir aun en semáforo rojo. Dejando la opción de esparcimiento al comensal, considero que es en el mejor interés de la ciudad que la mayor gente posible coma en lugares formales, limpios y con cierta trazabilidad.
Y es que es imposible no molestarse viendo un centro de consumo formal cerrado y enfrente un changarro informal abierto sirviendo a comensales amontonados.
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