Cardenal George Pell afronta a la justicia australiana

Conocido como el “zar” de la economía del Vaticano y uno de los emblemas de la reforma financiera de la Curia Romana, fue enviado a juicio el 29 de junio de 2017, en una decisión sin precedentes.



El cardenal australiano George Pell, hombre clave del Papa para la reforma económica del Vaticano, afronta desde este miércoles a la justicia australiana por un proceso en el cual se le acusa de abusos sexuales contra menores.

El purpurado, prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, goza desde hace meses de un permiso especial otorgado por el Papa Francisco y ha asegurado que demostrará su inocencia ante los tribunales de Melbourne.

A sus 77 años, por una orden judicial emanada meses atrás por las cortes australianas, afrontará este 15 de agosto una audiencia que podría conducirlo a lidiar con dos juicios distintos, aunque los detalles del proceso no pueden ser conocidos.

No obstante, se sabe que las denuncias contra Pell cubren dos períodos distintos: uno corresponde a la década de 1970, cuando era apenas un sacerdote en Ballarat y fue acusado de ser responsable directo de abusos.

La segunda acusación hace referencia a su paso como arzobispo de Melbourne, en la década de 1990, cuando es señalado por encubrir abusos de otros clérigos.

El cardenal siempre negó con determinación las acusaciones dirigidas contra él. En mayo pasado, la jueza Belinda Wallington rechazó algunas graves acusaciones contra él, pero consideró que existían elementos suficientes para enviarlo a juicio.

“La Santa Sede toma nota de la decisión emanada por la autoridad judicial de Australia”, dijo entonces Greg Burke, director de la sala de prensa del Vaticano, recordando que el Papa le había acordado una licencia sin límite de tiempo y que esta permanecía vigente.

El 1 de mayo pasado tuvo lugar una audiencia procesual durante la cual se solicitó formalmente que el sacerdote afronte dos juicios distintos, con jurados separados. Aún no se toma la decisión final sobre este asunto.

Conocido como el “zar” de la economía del Vaticano y uno de los emblemas de la reforma financiera de la Curia Romana, fue enviado a juicio el 29 de junio de 2017, en una decisión sin precedentes.

“Sostengo mi inocencia ante estas acusaciones. Son falsas. La idea de los abusos sexuales para mí es repugnante”, aseguró ese mismo día el propio Pell, en una peculiar rueda de prensa del Vaticano.

Durante esa comparecencia, el cardenal recordó que se sometió a una investigación por más de dos años y acusó haber sido víctima de un “ensañamiento sin tregua”.

“El santo padre ha sido constantemente informado durante este largo período, y he tenido la oportunidad de hablar con él recientemente sobre la necesidad de tomar un permiso temporáneo para poder limpiar mi nombre”, reveló ese día.

“Agradezco a su santidad que me lo haya permitido para poder volver a Australia. Hablé con mis abogaos para comprender los tiempos de mi regreso y a mis doctores sobre cómo será el mejor modo de hacerlo”, siguió.

Insistió en que durante todo este tiempo ha sido “constante y claro” en el “rechazo total” a las acusaciones, además de constatar que la imputación reforzó su determinación a querer limpiar su nombre y volver a Roma a su trabajo.

El mismo portavoz Burke subrayó que la Santa Sede había recibido “con desagrado” la noticia del juicio del clérigo, pero aclaró que no se le impediría el regreso de este a su país para defenderse.

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