El artículo 10 bis de la Ley General de Salud, aprobado recientemente en el Congreso de la Unión, establece que solo los médicos y personal sanitario pueden invocar la Objeción de Conciencia.
La objeción de conciencia no significa insumisión o desobediencia civil. Es un derecho humano que no pretende cambiar la ley, coincidieron especialistas.
En el marco del coloquio “Objeción de Conciencia como Derecho Humano, que se llevó a cabo en la Universidad Pontificia de México, Alberto Patiño, profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana, aseguró que ser objetor de conciencia, especialmente en el acto médico, no debería derivar en discriminación laboral.
El ministro en retiro Salvador Aguirre Anguiano, explicó que quienes laboran en el campo de la salud pueden enfrentarse al hecho de que la ley ordene prácticas contrarias a sus convicciones o creencias. No obstante, advirtió que la Objeción de Conciencia no puede ser invocado ante cualquier frivolidad.
A su vez, María del Pilar Hernández Martínez, investigadora de la UNAM, indicó que cuando el ejercicio de la objeción de conciencia se convierte en un “argumento de descalificación”, evidencia la obstinación y el rechazo a la diversidad”; y desconoce que cada quien puede actuar de manera positiva y de forma responsable.
El artículo 10 bis de la Ley General de Salud, aprobado recientemente en el Congreso de la Unión, establece que solo los médicos y personal sanitario pueden invocar la Objeción de Conciencia.
Sin embargo, Javier Saldaña Serrano, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México consideró que este derecho puede ser invocado por cualquier ciudadano, en virtud del principio pro persona de la Constitución Política.
Por su parte, la investigadora María de la Luz Casas recordó que cuando fue aprobada la despenalización del aborto en el Distrito Federal, 87 por ciento de los médicos se declararon objetores de conciencia.
Agustín Herrera Fragoso, de la Fundación Aguirre, Azuela, Chávez, Jáuregui Pro Derechos Humanos A.C. indicó que la conciencia implica reflexionar sobre el bien y el mal y actuar en consecuencia.
Expuso algunos casos de personas que fueron fieles a su conciencia hasta las últimas consecuencias como Santo Tomás Moro, en la Inglaterra de Enrique VII o Giacomo Matteotti, diputado socialista en la época del fascismo de Mussolini.
Rigoberto Ortiz, catedrático de la Universidad Pontificia de México, evidenció algunas inconsistencias en el lenguaje utilizado por la ideología de género, como la incompatibilidad de llamar interrupción del embarazo al aborto, ya que lo que se interrumpe su puede continuar más tarde, en tanto que el aborto implica la muerte de un ser humano.
Indicó además la contradicción en el empleo del término “derechos sexuales y reproductivos” en el que se incluye al aborto, que “no reproduce, extingue” .
El foro fue organizado bajo los auspicios de la Universidad Iberoamericana, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la Universidad Marista, la Fundación Aguirre, Azuela, Chávez, Jáuregui Pro Derechos Humanos A.C., así como la Universidad Pontificia de México, en cuyas instalaciones se desarrolló el Coloquio, este miércoles 30 de mayo.