La libertad no tiene precio, pero exige compromiso

Enfrentemos con optimismo el futuro y esforcémonos por participar en los medios que podamos y de invitar a todos aquellos con los que convivimos a involucrarse cada vez más.


No tiene precio


“La libertad considerada como poder psicológico, como fuerza efectiva, como libre albedrío, es intangible, no puede padecer ni caer jamás; pero considerada como cristalización de la justicia y del derecho en nosotros mismos y en las relaciones sociales y políticas es casi siempre obra de la prueba… la prueba y la libertad tienen estrechísima relación, de tal manera que rendirse ante la prueba es caer en esclavitud; crecer, agigantarse, erguirse severamente ante ella, pasar sobre ella y llevando el estandarte de la victoria, es ser libre de hecho, libre de verdad y no de nombre solamente”. Decía Anacleto González Flores en 1918, vislumbrando que la Revolución Mexicana no estaba heredando al país, aunque así lo presumiera, una época de paz, justicia y democracia; hoy más de cien años después estamos viviendo bajo una condición similar, cuando vemos que día a día se amenaza el futuro de México, ante la imposición de una sola voluntad por encima del pensamiento de millones de ciudadanos, y de las mismas leyes, que no están siendo consideradas en muchos casos más que letra muerta.

Es muy lamentable la situación que estamos viviendo en Latinoamérica, donde se ve que pasan y pasan los años, pasan y pasan generaciones y el nivel de cultura política de los ciudadanos sigue más en el ámbito emocional que en el racional, y los políticos se basan más en su carisma y habilidad de prometer que en realidades concretas de resultados previos que puedan avalar esas promesas, con las que muchas veces el electorado los lleva a gobernar, y después muchos de ellos como en Cuba, Venezuela y Nicaragua se encargan de destruir la democracia que los llevó al poder para quedarse ahí, y hoy cada día recibimos noticias de como en este último país se está tratando de acabar con la libertad religiosa sin pudor alguno y ante el silencio de las demás naciones, y aquí mismo cada día encontramos signos muy peligrosos contra la libertad, que están haciendo que parte de la sociedad tome conciencia del peligro, pero todavía hay una gran mayoría que permanece insensible o apática ante la situación.

De hecho, se puede decir que libertad plena nunca la hemos tenido en México, pero si habíamos venido avanzando bastante en ese sentido, y es necesario tener presente que si conseguir la libertad y mantenerla requiere de mucho esfuerzo, perderla puede resultar muy fácil y después recuperarla casi imposible.

“La libertad considerada como amplitud de acción desde el punto de vista de las relaciones entre los hombres, consiste en que nadie es obstáculo para que las energías humanas se desenvuelvan, se desarrollen y alcancen su grado máximo de perfeccionamiento”, complementaba su idea Anacleto González, en el sentido de que debe haber un desarrollo armónico del hombre en su formación humana para que buscando la perfección lo trasmita también al contexto social, y pueda haber un crecimiento que beneficie a todos con el esfuerzo de todos uniendo los talentos, habilidades y conocimientos, donde el Estado tenga su parte fundamental como organismo regulador encargado de mantener el orden y la cohesión social, administrar la justicia y ampliar las oportunidades para todos, pero no como un controlador y único planeador de las estrategias a seguir en todos los asuntos de la nación, como si los políticos tuvieran todos los conocimientos en todas las ramas para dirigir en forma absoluta los destinos del país, y como si en verdad no tuvieran más interés que el bien social y la corrupción no existiera.

Y es tiempo también de que la llamada oposición, que ya antes fue gobierno, se dé cuenta de que la ciudadanía empieza a despertar y tampoco estamos pidiendo simplemente regresar a lo anterior, porque también el pasado tiene muchas cosas muy criticables y es responsable de que un número muy importante de mexicanos cansados de la corrupción y falta de cumplimiento hayan votado por este gobierno, así que debemos exigirles que se pongan a trabajar en una nueva visión de país que contemple nuestra realidad y proponga soluciones que consideren a todos los mexicanos, donde todos aporten y todos reciban, pero siempre con una perspectiva de mejora en todos los ámbitos humanos y sociales.

Enfrentemos pues con optimismo el futuro y esforcémonos por participar en los medios que podamos y de invitar a todos aquellos con los que convivimos a involucrarse cada vez más y dejar de lado esa actitud que tanto nos ha dañado de decir que: “No nos debe de interesar la política a los ciudadanos de a pie”.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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