La voluntad no se improvisa ni se forma espontáneamente, requiere de un esfuerzo constante. Quien no tiene una voluntad firme, es vulnerable a cualquier corriente.
Para recuperar la verdad y los valores hay que erradicar las ideologías. Para eso existen las grandes instancias educativas: familia, escuela, iglesia y medios de comunicación.
El destino orwelliano no será fatal si defendemos la división de poderes y dejamos de asignar culpas que no tienen ni Mariano Otero ni Manuel Crescencio Rejón.
A cinco semanas de las elecciones, las cosas se ven diferentes y se puede afirmar contundentemente que el resultado no está definido, la participación de la ciudadanía es más importante que nunca.