¿Qué tanto podemos confiar en las encuestas?

¿Qué pretenden quienes manipulan encuestas?


Manipulación de encuestas


Pasó más de una semana para que se hiciera pública la encuesta que mostró las preferencias del gran público después del debate que tuvo lugar el domingo 22 de abril.

 

Como ya en su día lo comentamos, el indiscutible ganador fue Ricardo Anaya quien, no solamente se defendió de los ataques de sus adversarios sino que -junto con los demás aspirantes- le dio una tremenda paliza a un desconcertado Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien fue incapaz de controlar sus frustraciones.

 

Esto fue alago que vieron hasta los ciegos. Se calcula que fueron más de trece millones de telespectadores quienes presenciaron el gran debate del año.

 

Ahora bien, algo que no encuadra en la encuesta que se hizo pública pocos días después fue el que Anaya subiera tan sólo cinco puntos y que AMLO se mantuviera en el 48% que tenía antes del debate.

 

Los otros tres bajaron por lo menos un punto cada uno.

 

¿Es verdad que AMLO continúa recibiendo el 48% de apoyo de los posibles electores? ¿Es verdad que Anaya subió únicamente cinco puntos?

 

En una palabra…¿Qué tan confiables son las encuestas?

 

Hacemos esta pregunta porque -después de ver lo ocurrido en otras partes- es como para que tengamos serias dudas.

 

No se olvide que hace un año, cuando se presentaba la posibilidad de que Gran Bretaña abandonase la Unión Europea, las encuestas predecían un triunfo arrollador de los unionistas.

 

Fueron desmentidas por la realidad: La gran mayoría votó pidiendo salirse de la Unión Europea. Es lo que se conoce como el “Brexit”.

 

En el otoño de 2016 -a pocos días de las elecciones presidenciales en Norteamérica- las encuestas predecían un triunfo arrollador de Hillary Clinton, así como una derrota vergonzosa del republicano Donald Trump.

 

La realidad desmintió a las encuestas: La gran derrotada fue Hillary y el vencedor -para sorpresa de la mayoría- fue el extravagante Donald Trump.

 

Muchos años antes, en el otoño de 1980, las encuestas presentaban como indiscutible vencedor al entonces presidente James Carter quien derrotaría fácilmente al ex actor Ronald Reagan.

 

La realidad volvió a desmentir a las encuestas: Para sorpresa del mundo entero, el triunfador fue Reagan quien derrotó con amplísima ventaja a un Carter que tuvo que irse humillado y con el rabo entre las piernas.

Ante todo lo anterior…¿Qué tan confiables son las encuestas?

 

O, mejor dicho…¿Qué pretenden quienes las manipulan?

 

Y decimos “manipulan” porque quienes las analizan antes de hacerlas públicas es muy probable que, al ofrecer un determinado resultado, lo que en realidad pretenden es que vastos sectores de la población se desanimen y dejen de votar creyendo que todo está perdido, razón por la cual no vale la pena apoyar a un fracasado.

 

De este modo, es como -sea por desánimo o sea por inducción- se puede alterar la voluntad popular.

 

Claro está que, si dentro de los electores, existen una auténtica madurez democrática, éstos acudirán a las urnas apoyando al candidato de sus preferencias sin importarles lo que hayan leído en unas encuestas que pudieran estar distorsionando la realidad.

 

Cuando se da esa auténtica madurez democrática y se rechaza cualquier tipo de manipulación, ocurre que se dan sorpresas como las del “Brexit” o la de Donald Trump.

 

Lo cual significa que la única encuesta que vale -la decisiva- es la que tiene lugar el día de las elecciones.

 

@yoinfluyo

redaccion@yoinfluyo.com

 

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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