Ilusiones megalómanas

No me va a negar que mi Bronco se veía re-que-te-bien luciendo sus canas y el bronceado que traía.



Ese día, en la colonia, el calor estaba como para freír unos “huevos rancheros” en los coches estacionados en la calle.

 

-Bueno, dijo Doña Pelos, hizo tanto calor, que parecía que estábamos en el salón donde se van a juntar Trump –el señor que se maquilla con Cheetos- y el gordito Kim Jong-un. ¿Qué le parece Chonita, si nos empujamos una agüita de horchata y debatimos sobre el debate.

 

-Ay, Doña Pelos, pero no nos vaya a pasar lo que hacen en el debate de don Ciro Gómez Leyva, que todos se pelean con todos. El gringuito Ackerman, le pega a Lozano; Lozano le suena a Juanito Mendoza; don Juan Zavala les suena a todos; Paty Mercado na’más ve pasar los obuses;, y por eso… oígalo bien, por eso, hasta Germancito Martínez ya no fue al programa.

 

-No me enteré por qué no fue. Agarré el panel empezado porque estaba en el patio dándole de comer a mis gorriones, irrumpió Doña Pelos. Pero, Chonita, ¿usted cómo vio el dichoso debate? Porque la-ver-dad, a mí no me gustó mucho que digamos.

 

-Pues a mí sí me gustó. Sobre todo, porque ¡qué guapote se veía don León Krauze. ¡A ése león yo sí lo metía en mi jaula!

 

-Ni tanto, ni tanto Chonita, porque si se descuida tantito, se le va a hacer una papada modelo Carstens, ¡que pa’qué le cuento! Y la Yuri como que de repente se sentía la “fersleydi” del INE, ¿no? Pero, bueno, todo lo que hizo ayudó tantito a que no me durmiera durante la transmisión.

 

-Pero no me va a negar que mi Bronco se veía re-que-te-bien luciendo sus canas y el bronceado que traía.

 

-¡Ay Chonita! Se me hace que usté estaba viendo la boda de Harry y Meghan, ¿no? Porque, la verdad, “su bronco” se quedó como gatito de azotea: un par de maullidos, dos arañazos y no pasó a más. En cambio, Pepe Toño, ahora sí lució suelto, bravero, echado pa’delante. Y era de esperarse, esos eran sus temas, aunque, francamente, siguió hablando como si estuviera “dando clase”; no hace “clic” con la gente.

 

-Bueno, es que José Antonio dio clase de finanzas y economía en el “ALLÁ HAY-TU”..

 

-Se dice Em-Ai-Ti y se escribe “M.I.T.” que no tiene nada que ver con “Mi Ilustre delegación de Tlalpan”. Sea como sea, mejoró muchísimo, pero todavía no se la compro.

 

-Pero, ¿también echó bravata, no Doña Pelos?

 

-Pos sí, pero como que todavía le falta algo. Pepe Toño todavía tiene “Un no sé qué…que, qué sé yo…”, acotó.

 

-Y al jovenazo Anaya, ¿cómo lo vio Doña Pelos?

 

-Me queda claro, Chonita, que esos temas no son su fuerte; pero de que el chaval sabe, ni duda cabe. O sea, preparado, sí está. Pero, lo que me sorprendió en serio, fue la pitorriza de tres bandas que le puso al venerable don Andrés. Lo hizo tragar camote varias veces. Y lo que me dio un montón de risa, fue precisamente, las risitas del propio Anaya, cuando le dijo algo así como “Riqui, riquín, canayín”. O sea, que hasta en sus chistes, el señor que tiene un rancho con un feo nombre, sigue en el pasado. Y es que, a estas alturas, Macaulay Culkin, ya debe ser tatarabuelo.

 

-Pero, no me negará usté que ese mismo señor –que el otro día se iba a desmayar- estuvo más fuerte, con más presencia y más echado pa’delante.

 

-No hay duda. Pero a los mexicanos se nos olvida que esos debates no son un Talk Show donde compiten las ocurrencias.

 

-¡Híjole doña pelos…’ora sí comió usté gallo!

 

-Pues, en estricto sentido, no Chonita. Lo que pasa es que este hombre no se mide con cada cosa que se le ocurre. Y eso sí está feo.

 

-Pero, no le entiendo.

 

-¡Acuérdese Chonita! ¿No dijo varias veces que iba a invitar al Papa para que viniera a ayudarle a resolver los problemas de seguridad que hay en México? ¿Se acuerda que también dijo que don Rodolfo Neri era el único astronauta mexicano, y que por eso don José Hernández se puso del lado de Anaya?… ¿No dijo también que tenemos que importar alimentos y que, por lo mismo no hay superávit, y eso quiere decir que andamos bien, no? Y, la última, delante todo mundo, le dijo a los paisanos que iba a invitar a mi comadre Lichita Bárcena para que defendiera a los migrantes mexicanos en la ONU?

 

-Sí. Si me acuerdo. Pero, si… así lo dijo, es que el señor ya había hablado con su comadre Lichita y ésta pues, le dio alguna esperanzas, ¿Qué no?

 

-¡Pues, nones! Mi comadrita anda rete ocupada en la CEPAL y por lo mismo, le dio un esquinazo a don Andrés… ¡Pero, ni así entiende! Por eso tampoco quiero perderme el tercer debate, porque así como vamos, es casi seguro que invite a doña Meghan, la esposa del príncipe Harry, a que le venga a ayudar en desarrollo social. Digo,¿no?

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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