Padres fuertes, hijas felices

Tu hija necesita encontrar en ti una guía, si ella se siente cerca de ti, es mucho más probable que tome buenas decisiones.



Durante este mes de Junio se celebra el Día del Padre, lo que nos lleva a pensar en un regalo para él o en como lo celebraremos.

 

Hoy, me gustaría hablarles directamente a los “papás”, a ti hombre que tienes una o varias hijas y que algunas veces te preguntarás: ¿qué tanto influyo yo en la vida de mi hija? ¿soy importante para ella?

 

“Padres fuertes, hijas fuertes”, es el título del libro de Meg Meeker, pediatra y consejera familiar, quien durante veinte años a trabajado con adolescentes y padres de familia.

 

Estos llamados “secretos que todo padre debe conocer”, son producto de la escucha y observación de niñas y adolescentes durante muchos años: que opinan de sus padres, que esperan de ellos, que las acerca y aleja, en que está basada una buena relación entre ella y su progenitor.

 

Los comparto contigo hoy papá para que reflexiones sobre como está tu relación con tu hija o hijas y en que puedes mejorarla:

 

Muéstrale quién eres realmente.

Desde que es una bebé, habla con ella, busca su mirada, abrázala. Esto hará que se desarrolle saludablemente, su cociente intelectual irá creciendo y su desarrollo progresará; pero lo más importante, ella comprenderá que la vida es buena porque tu la quieres. Tu eres su introducción al amor.

 

Cuando vaya a la guardería, y después a primaria y secundaria donde empezará a enfrentar desafíos, lo importante será siempre este sentimiento: “Papá, ¿sigues estando conmigo?”

 

 

Abre los ojos a su mundo.

Ser padre no es tarea sencilla. Tendrás que enfrentarte a muchos obstáculos, y la mayoría procederán de la sociedad en la que tu hija ha nacido: la escuela, la colonia, sus amigos. Es posible que no puedas contrarrestar los cambios de la sociedad que la rodea, pero lo que tu “hagas y digas”, el ejemplo que le ofreces y el liderazgo que ejerzas puede lograr que tu hija se mantenga en el buen camino, o por el contrario, que se aleje del mal que no le conviene.

 

Tu influencia es de máxima importancia. Y aunque creas que ya es demasiado tarde y que está alejada de ti, nunca es tarde y no dudes en ir a buscarla. No importa la edad que puedan tener, sigue siendo tu hija y tu todavía eres su padre.

 

 

Lucha por su cuerpo.

El mayor de los peligros que acechan a tu hija es la mercadotecnia que se está manejando de la sexualidad, el cual sino es controlado, le proporciona un sentimiento erróneo de ella misma.

 

Al entrar a la pubertad, sino es que antes, se enfrenta a bombardeos de videos, imágenes, películas que la invitan a tener relaciones sexuales en la adolescencia poniendo en riesgo su salud, a consumir alcohol, drogas y cigarros.

 

No permitas que esto suceda, protege su cuerpo. Establece reglas, mantente vigilante para que se cumplan; conoce a sus amistades y no tengas miedo de exigirle. Protégela y defiéndela, y ella sabrá que tu la quieres.

 

Lucha por la salud de su mente.

Conoce cuales son sus pensamientos, preocupaciones, inquietudes. Tienes que decirle que ella es valiosa por el mero hecho de ser persona, que es bonita, que tiene cualidades y fortalezas que la harán ser una gran mujer.

 

No permitas jamás que las modas y las costumbres sociales te roben a tu hija. Enséñale el sentido de la familia, la importancia de la humildad y las satisfacciones que ofrece la costumbre de ayudar a los demás. Enséñale a que vea más allá de si misma.

 

 

Lucha por su espíritu.

Tu hija te preguntará sobre el sentido de la muerte y de lo sobrenatural. Si eres creyente, háblale de Dios y enséñale a conocerlo, acudan juntos a la Iglesia o al templo. No le niegues la aventura espiritual de comprender a Dios.

 

 

Lucha por mantener tu relación con ella.

Lo que más quiere tu hija de ti, es tu “tiempo”. No lo escatimes.

 

Muchos papás consideran necesario entretener a sus hijas haciendo algo especial.Lo que ella quiere es simplemente estar contigo, compartir pequeñas tareas. Limítate por lo tanto a vivir con ella.

 

Tu hija necesita encontrar en ti una guía, si ella se siente cerca de ti, es mucho más probable que tome buenas decisiones.

 

Un buen día, cuando haya crecido, escogerá a otro hombre como marido, el cual la defenderá y amará mucho. Pero jamás le reemplazará en su corazón, porque tu fuiste el primero.

 

Y este será el mejor regalo: haber sido un buen padre.

 

@yoinfluyo

redaccion@yoinfluyo.com

 

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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