8M

Un buen impulso a partir del 8M de este año es el propósito de enorgullecerse de otras mujeres que han destacado y nos ofrecen su ejemplo.



En las tremendas circunstancias que vive Ucrania, desde Kiev, Shevchuk Patriarca greco – católico lanza una advertencia excelente para todos: “No permitamos que el odio nos aprisione, no utilicemos su lenguaje y sus palabras”. Las palabras vinculadas al odio están descontroladas y se convierten en acciones golpistas.

 

El odio no se justifica nunca y hace tomar decisiones perversas. Hemos de estar alerta pues en el corazón de cada persona hay semillas de esta pasión. Putin las tiene y provoca un auténtico caos en Ucrania. Pero también son evidentes en ciudadanos que sin ningún tipo de autoridad, agreden con crueldad a los seguidores del partido contrario, por ejemplo: después de un juego de futbol, en Querétaro.

 

El odio provoca injusticia, división y violencia. La alerta es contra los discursos de odio, tan generalizados en las cúpulas de nuestro gobierno, en propuestas partidistas, e incluso, en muy variados grupos de la sociedad. Entre éstos caben varios movimientos para la promoción de la mujer. Buen momento: el 8 de marzo, para afinar. 

 

Cuando el odio polariza los puntos de vista, las decisiones son sesgadas, insensatas e injustas. Provocan males derivados de la incongruencia irracional. Los reconoceremos.

 

Entre diversas maneras de asfixiar el agazapado odio que todos llevamos en nuestro interior, tenemos muchas ayudas, me referiré a dos: los ejemplos de vida y la humildad.

 

Los ejemplos de vida están en muchas personas con quienes convivimos, pero también los hay en personas destacadas del pasado. De ese pasado que muchos quieren ignorar, hemos de sacar el ejemplo de los perseverantes y triunfadores. Esta es una gran ventaja respecto a nuestros contemporáneos, pues aún les falta culminar su última etapa.

 

El hecho de conservar biografías de mujeres célebres, equilibra la opinión de la indiferencia de los antecesores respecto a ellas. Encontramos mujeres de todos los estratos de la sociedad: reinas, santas, sencillas, científicas. Todas sobresalientes y modelos de vida. Hay variados modos de acceder a esas historias: biografías, seminarios, etc.

 

Nos dicen que quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Y de la historia universal podemos entresacar a muchas como Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), Brígida de Suecia, Catalina de Siena, Teresa de Jesús, Teresita de Lisieux, Hildegarda de Bingen. Estas Doctoras de la Iglesia y Patronas de Europa, se eligieron para el Congreso Internacional, de este año, sobre la mujer, en Ávila.

 

La humildad produce una actitud estable por la cual reconocemos con sinceridad el bien y el mal que realizamos, y el bien o el mal acuñado en la sociedad próxima o extensa. Es un buen punto de partida para forjar proyectos, desde la alabanza o el desecho, desde el cultivo o el combate. La humildad facilita el agradecimiento o la petición de perdón. La humildad es un soporte eficaz y seguro.

 

La humildad capacita para detectar la realidad y agudiza la inteligencia para combatir todo tipo de imposición ideológica. La humildad facilita incursionar en la verdad y también es una buena ayuda para desinflar las mentiras ideológicas.

 

Desgraciadamente, con el afán de reparar las omisiones e injusticias cometidas hacia las mujeres, se exageran los argumentos para defenderlas. Por eso, sin mayor investigación se adoptan afirmaciones como: todos los hombres son violentos y violadores, las mujeres tienen la oportunidad de liberarse del yugo masculino y su papel es mostrar que ellas pueden hacerlo todo, no necesitan a los varones.

 

Esos planteamientos también responden a discursos de odio, y polarizan: las mujeres son buenas, los hombres malos. Con humildad tales afirmaciones son descartadas inmediatamente. Toda persona humilde reconoce que el bien y el mal conviven, y la superación consiste precisamente en combatir el mal antes que crezca y fortalecer el bien para que no se apague.

 

Cuando la ideología inspira a los gobiernos, las leyes emanadas resultan incongruentes por la falta de luz para guiar con la verdad y por la parcialidad que, tarde o temprano, ocasiona serias lesiones al buen juicio y a las buenas propuestas para resolver problemas. Incluso, estas leyes provocan contradicciones inimaginadas.

 

Por ejemplo, una de las leyes emanadas de la ideología de género abre la puerta al cambio de sexo a personas de cualquier edad. Esta facilidad, apoyada en meros supuestos, en la práctica suma a varones en los grupos femeninos. De tal modo que el colectivo de las mujeres incluye en sus filas a las mujeres “trans”. Y así éstas están llevándose todos los premios en los concursos deportivos y otros. ¿Esto beneficia a las mujeres?

 

En el heroísmo del pueblo croata, las mujeres con sus niños han salido de su país, los hombres se quedaron para defender la patria. Ningún grupo feminista ha protestado ante esta evacuación. El sentido común se impone. Somos diferentes y hay papeles que competen a cada sexo.

 

Un buen impulso a partir del 8M de este año es el propósito de enorgullecerse de otras mujeres que han destacado y nos ofrecen su ejemplo. También humildad para reconocernos distintas, pero con el ingenio y la inteligencia para diseñar y llevar a cabo el propio camino. La suma del esfuerzo de mujeres así, dan un renovado impulso para reconstruir el mundo contemporáneo.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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